Despedazan en Puerta del Mar la tranquilidad

Por Redacción

 

La atropellada construcción de un hotel provoca el inesperado cierre de la entrada al condominio maestro Puerta del Mar, con lo que se afecta a miles de habitantes de las residenciales Amara I, Amara II y La playa.

Hasta hace unos meses, en febrero para ser exactos, todo era tranquilidad en estos espacios ubicados en Puerto Juárez, hasta que en una zona de ampliación condominal se vendió más de una hectárea de terreno a un particular, que decidió cambiar el giro y construir un hotel. Y desde entonces empezó el calvario de todos los habitantes.

El problema es que hay solamente una entrada para todos y se colapsó. Son más de mil habitantes con sus automotores a lo que se han sumado la presencia diaria de grúas gigantescas, decenas de transportes de carga, además de incontables pipas, revolvedoras y camionetas. Y también se han dañado las estructuras subterráneas de energía, agua y drenaje ante el paso de estos pesados camiones.

Los comités vecinales de Amara l y ll trataron desde hace meses de entablar diálogo con el presunto dueño del hotel, incluso entregaron una carta, pero la respuesta fue evasiva e incluso hubo actos de prepotencia. La intención era simple, organizar el tráfico vehicular en la única entrada en las horas pico, controlar el acceso para los más de 200 alarifes complican el control de accesos, que se había robustecido para frenar los actos de violencia que azotan la entidad y conservar el espacio de tranquilidad familiar, sin robos, asaltos, extorsiones o secuestros.

Los constructores tienen prisa, trabajan hasta altas horas de la noche y todos los días de la semana. Eso provoca más molestias por ruidos constantes, tráfico desordenado de grandes vehículos y contaminación por las polvaredas que levantan. Los más vulnerables, que sufren todas estas consecuencias, son las personas de la tercera edad, los enfermos y los niños.

Se menciona que el proyecto es construir en una hectárea una torre de unos 15 pisos, lo que rebasaría en altura lo que está construido de condominios, en suma se ubicarían en este nuevo proyecto unos 270 cuartos, siete restaurantes y varias albercas, con lo que se cambiará la esencia del lugar. Piden por ello que se construya un muro que separe estos espacios y que ofrezca tranquilidad y privacidad a todos.

La tensión creció y el domingo terminó en un descomunal tráfico que paralizó todo. Varios afectados ni siquiera podían ingresar a su estacionamiento, por lo que se tuvo que llamar al 911 y llegó la Policía Municipal para abrir un espacio que permitiera desahogar ese enredo vehicular. Los constructores del hotel se dijeron afectados también y pararon sus plumas, grúas y camiones frente al acceso.

Los habitantes de Amara llamaron a periódico Quequi y se les atendió la denuncia, insisten en que se tiene que dar una solución, que no se oponen a ningún desarrollo, pero que se tienen que respetar reglas básicas de convivencia que les permitan continuar sin sobresaltos su vida cotidiana. Y ya les avisaron que falta año y medio para terminar la obra.

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