
Derroche de recursos en el Congreso
En total incongruencia con el supuesto plan de austeridad, el presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado, Eduardo Martínez Arcila, presentó ayer los onerosos equipos electrónicos adquiridos para marcar el sentido del voto de los legisladores y su intervención, un derroche de 4.2 millones de pesos totalmente innecesario, pues desde su inicio, la actual Legislatura siempre informa del sentido de las votaciones.
Quizá para justificar su exagerado aumento en su presupuesto de un 30%, la Gran Comisión aprobó el gasto de 4 millones 200 mil pesos para comprar ocho pantallas, 30 micrófonos, 25 tabletas y el software que permitirá transcribir las intervenciones de los diputados así como la sesión.
Hace meses que las sesiones son transmitidas en vivo por el Congreso a través de su cuenta de Facebook, además que su página de Internet contiene la crónica parlamentaria con todas las intervenciones y votos. Sin embargo, se alega que era necesario cambiar a voto electrónico para ser un Parlamento abierto.
Los votos de los legisladores ahora aparecerán en una pantalla, como si se tratase del Congreso de la Unión, aunque solo son 25 diputados, que fácilmente pueden contabilizarse, no 500 como a nivel federal.
Los equipos fueron adquiridos con tres empresas al millonario precio mencionado, muy por encima del costo del mercado para la compra de unas pantallas y micrófonos.
El primero es el Grupo Petroleum, que realizó el levantamiento topográfico, digitalización, suministro e instalación de los equipos de sonido, como fueron las consolas, micrófonos y bocinas.
También se contrató a Al Luviem S.A. de C.V., la que suministró los ocho monitores video volts enlazados, más uno extra como repuesto.
A la empresa Profetic S.A de C.V se le adquirió el software el cual transcribirá al momento las intervenciones de los diputados en pleno, así como la sesión. Aunque suena avanzado, se trata del mismo programa de voz a texto que se encuentra ya en la mayoría de los celulares.
LEGISLATURA SIN FUNCIÓN
En contraste con este millonario e innecesario gasto, la actual Legislatura todavía no ha cumplido, en sus cinco meses en el cargo, con los requisitos de transparencia exigidos por ley.
Por manejar recursos públicos, el Congreso del Estado es un sujeto obligado que debe informar en su página web sus gastos, nómina (de todos los servidores públicos, no sólo los diputados), contrataciones, viáticos, convocatorias, requisitos curriculares y personas que reciben dinero del erario (la gestión social), entre otros rubros, los que no figuran o aparecen de forma excesivamente resumida.
Resultan risibles las afirmaciones del panista Eduardo Martínez Arcila, en el sentido que la millonaria compra del equipo es para cumplir con transparencia, cuando tiene este enorme pendiente exigido por la ley, en tanto que ya se cumple con la información que esta tecnología supuestamente viene a resolver.
En tanto persista la opacidad en este poder del Estado, que maneja 435 millones de pesos anuales, persistirán las dudas sobre los lujos que insensiblemente ostentan los diputados, que se ignora provienen de sus altísimos salarios o salen directamente de partidas adicionales que se autorizan.
En esta categoría se incluyen las imponentes camionetas en las que se desplazan Martínez Arcila y Emiliano Ramos, que ya se sabe se quieren extender a los otros 23 legisladores. También se tienen los “apoyos” para las rentas de exclusivas residencias en la capital del estado, salarios u honorarios para su personal (cuyo tamaño también es un misterio), viáticos y otros gastos. Esto, sin mencionar el apoyo de 20 mil pesos mensuales para gasolina, el más alto a nivel nacional.