De paso y de paseo
Valoremos y disfrutemos lo que a nuestra vida viene, lo más seguro es que se irá en otro momento, sean cosas o personas.
Desdichados son aquellos que inútilmente quieren retener en sus manos el viento o el agua; lo mismo pasa con los posesivos. Disfruta allí donde estés y no poseas nada, nada nos pertenece. No poseas, no te vuelvas un poseedor de personas ni de cosas; úsalas simplemente como un don o regalo de Dios y del universo.
Las cosas y las personas, cuando están disponibles, úsalas; cuando no están disponibles, disfruta la libertad de ellas.
Cuando tengas algo, disfrútalo; cuando no lo tengas, disfruta no teniéndolo, eso también tiene su propia belleza.
Si tienes un palacio donde vivir, ¡disfrútalo!Si no lo tienes, entonces disfruta una choza y la choza se volverá un palacio.
Disfrutar es lo que marca la diferencia, si vives bajo un árbol disfrútalo.No te pierdas el árbol, las flores, los pájaros, el aire y el sol y la libertad.
Disfruta allí donde estés y no poseas nada. Nada nos pertenece. Venimos al mundo con las manos vacías y nos iremosdel mundo con las manos vacías.
La vida en este mundo es un don, así que disfrútalo mientras estás aquí, y recuerda, el universo siempre te da lo que necesitas.No te enjaules, suelta y sé libre.
En esta vida, solo estamos de paso y de paseo, no lo olvides. Los que están de paso y de paseo, no se detienen a comprar y a poseer cosas que les hagan pesado su equipaje de viaje.Alejandro magno pidió esto para su funeral:
1. Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de su época.Para así mostrar que ellos no tienenel poder de curar ante la muerte.
2. Que los tesoros que había conquistado: plata, oro, piedras preciosas, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, para que todos puedan ver que los bienes materiales conquistados aquí, aquí se quedan.
3. Que sus manos quedaran balanceándose en el aire fuera del ataúd a la vista de todos; para que las personas puedan ver que venimos con las manos vacías, y con las manos vacías nos vamos.
Una voz dijo: “¡Grita!” Y yo pregunté: ¿Qué debo gritar? Grita que los seres humanos son como la hierba. Su belleza se desvanece tan rápido como las flores en un campo. Isaías 40:6.
¡Bendiciones amigos y hermanos del camino, del buen camino de Dios!
Pbro. Carlos César González Cruz.