De la adicción a la esperanza: el testimonio de quien venció el alcohol


El testimonio de Juventino Dzul Tilán, miembro del programa Alcohólicos Anónimos en José María Morelos, es un recordatorio vivo de que la recuperación es posible, pero también una advertencia sobre un problema creciente: la combinación del alcohol con drogas cada vez más potentes entre los jóvenes.


“Hace 13 años yo era un enfermo del alcohol. Bebía a diario, pedía dinero para poder seguir tomando y estaba a punto de perder a mi familia y mi trabajo”, relató Dzul Tilán. Su historia cambió cuando alguien le habló del programa de Alcohólicos Anónimos (AA). “Me invitaron a probar tres meses. Pensé que era algo pagado o religioso, pero no: era solo un grupo de personas compartiendo su experiencia. Desde entonces no bebo, me siento libre y tranquilo”, contó con serenidad.


Alcohólicos Anónimos, explicó, es una comunidad de ayuda mutua que no se involucra en religión ni política, pero ofrece acompañamiento a quien reconozca tener un problema con su forma de beber.

“Nosotros no juzgamos a nadie. Solo invitamos a quien considere que su manera de beber le causa problemas. Es un programa libre y anónimo, donde cada quien decide si quiere cambiar su vida”, detalló.


Dzul Tilán también habló de los grupos de apoyo para familiares, como Al-Anon, que reúne principalmente a esposas y familiares de personas con problemas de alcoholismo. “Es un espacio para las mujeres que viven con alguien enfermo o en recuperación. Ellas también sufren y necesitan ayuda”, expresó.


Lo preocupante, subrayó, es la nueva tendencia entre los jóvenes, que cada vez recurren menos al alcohol y más a drogas como el cristal, la cocaína, las anfetaminas y otras sustancias de alto riesgo. “Hoy muchos jóvenes ya no se emborrachan como antes, ahora se drogan con sustancias que dañan el cerebro de manera brutal. En mi grupo tenemos seis o siete jóvenes, pero deberían ser muchos más. Hay una epidemia silenciosa de adicciones”, advirtió.


Durante octubre —que se considera el mes nacional de información sobre alcoholismo y drogadicción— los grupos de AA realizan charlas en escuelas y universidades para orientar a los jóvenes. “A veces los padres no se dan cuenta de lo que pasa en casa. Creen que sus hijos están bien, pero ya están usando drogas. Es más fácil esconder una adicción que admitirla”, reflexionó Dzul Tilán.


Con su testimonio, Juventino busca sembrar esperanza y conciencia. “Yo estuve perdido, pero logré salir. Si yo pude, cualquiera puede. Solo hace falta dar el primer paso: reconocer que se necesita ayuda”, concluyó.

1 comentario
  • Lorenzo1177
    7 octubre 2025 at 3:03 pm -