Crece el problema de las pandillas grafiteras

Hoy día son muchas las formas en que los jóvenes desadaptados socialmente, o los que están organizados en pandillas incurren en el vandalismo, todos ellos para expresar su sentir, esto es el graffiti y están en bardas de muchas viviendas, escuelas, bancas de parques y hasta en plazas públicas, manifestó el profesor José Carlos Escalante Morales.
“Grafiti, es como se le conoce a las pintas callejeras que al parecer se ha convertido en un problema para las autoridades que no pueden detener a los culpables, y mientras eso pasa los propietarios de inmuebles se ven afectados en su patrimonio” dijo el entrevistado.
“Cuando se respeta y se pide permiso para rayar es válido, lo malo es que donde rayan hace que la ciudad se vea sucia y fea”, es lo que opina Carlos Escalante Morales, profesor del nivel secundaria.
La ciudadanía refiere que siempre y cuando no dañe a terceros los jóvenes deben expresar sus sentir, sus habilidades y su capacidad; sin embargo, esta actitud va creciendo en la ciudad y cada vez es más común que los “pintores” callejeros les pongan los pelos de punta a los propietarios de los bienes que amanecen con las huellas de tal “inspiración”, precisó.
A decir de vecinos que tienen sus bardas y fachada de sus viviendas “pintarrajeadas”, el grafiti es un problema que se ha extendido por todos los rincones de Tulum, que lamentablemente no se ha encontrado la fórmula para frenar su crecimiento, además la forma de actuar de quienes se dedican a esta actividad, los hace casi invisibles a los ojos de las autoridades.
En su mayoría, son adolescentes o jóvenes que de ésta manera, a canalizar su energía aunque desgraciadamente, esto afecte a la sociedad, lo hacen principalmente durante las noches y la madrugada, por lo que como señalamos, son prácticamente invisibles a los ojos de la policía que en raras ocasiones, sorprende a personas haciendo esto, comentó Adrián Zaldívar Pacheco.
La situación ha llegado a tal grado, que incluso los muros de las escuelas, han sido víctimas del grafiti, ya que los delincuentes no respetan ningún tipo de lugar, lo mismo sucede en el caso de domicilios particulares, que aunque los vándalos saben que sus dueños están ahí durmiendo, no tienen miedo, y cuando estos salen de sus casas al otro día se dan cuenta que han sido afectados, muchas veces en más de una ocasión. (Por Francisco Canul > Quequi)

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