Cosas que pasan… solo pasan

Pbro. Carlos César González Cruz.
Dice un joven a su papá en su graduación: «soy el hijo del panadero, pero tú eres el padre del doctor”.

Un joven se mostró agradecido con sus padres, asegurándoles que se sentirán orgullosos de él.
En la ceremonia de graduación en una universidad de Sinaloa México, Alan Geovanny Valle. El joven lucía feliz, parado sobre el estrado, luciendo una bata blanca.

Contento, dice a su padrastro:
__ Antes, yo me presentaba como Geovanny, el hijo del panadero; ahora, quiero que usted se presente como, «El panadero, el papá del doctor”.

Me gustó esta historia, como ella hay muchas similares. Malos padres biológicos tendrán malos hijos biológicos; y es justo, si no fuiste un padre bueno, comprensivo, responsable y amoroso, ¿Qué piensas recibir del niño de ayer, lastimado con tu desprecio? Ahora tú, viejo, enfermo y necesitado, no mereces nada, y menos exigirlo. Sin embargo, hay excepciones, muchos padres malos, ya en su vejez tienen buenos hijos y también los hay, padres buenos, tienen malos hijos.

El asunto es, que esa palabra «Padrastro» suena despectiva y hasta vergonzosa para quien dice que tiene uno. Esos valiosos padres sustitutos de malos padres, merecen ser reconocidos como grandes personas, criaron, formaron y educaron a quienes no engendraron, sea cual fuera la historia, mis respetos y reconocimiento a ellos, que Dios los bendiga y que sean honrados por esos hijos que tuvieron la suerte de tenerlos de padre.

__Me despido con estas palabras dedicadas a mis padres, pues yo sin su apoyo jamás hubiera logrado nada de lo que hoy celebro, Recuerdo muy bien, cuando me pedían que hiciera un encargo, siempre me presentara como ‘el hijo del panadero’, para que así me reconocieran. Padre, madre, a partir de hoy, yo les pido que se presenten como ‘los papás del doctor.
Concluyó ante el fuerte aplauso de los presentes.
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Efesios 6: 2-3.
¡Bendiciones amigos y hermanos, caminantes del camino llamado vida!

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