Convierten los parques en tianguis familiares
Por Sergio López Lara > Quequi
La difícil situación económica por la que atraviesa un buen número de familias de escasos recursos económicos en la capital del estado, sigue propiciando que parques y jardines sigan siendo utilizados para la venta de diversos artículos como comida, frutas, verduras, ropa usada, zapatos, carnes, pescado y mercancía de dudosa procedencia, con los que tratan de ganarse la vida y ayudar al sustento familiar, a pesar de los riesgos que corren por no cumplir con las normas de salud y permisos que exigen las autoridades.
A pesar de que en la presente administración gubernamental que encabeza Carlos Joaquín, se han generado importantes fuentes de empleo para un buen número de personas que no tienen estudios de nivel bachillerato o profesionista, se les dificulta ocupar estas plazas, motivo por el cual se han dedicado al comercio informal, así como productos de dudosa procedencia que ofertan en diversas partes de la ciudad, especialmente parques y jardines.
En su momento, el primer lugar para la venta de productos fue el llamado parque de “Las Casitas”, ubicado en la confluencia de las avenidas Venustiano Carranza y José María Morelos, donde se les permitía a los productores de diversas comunidades rurales ofertar sus productos como coco, pitahaya, elote, tomate, aguacate, papaya, limones, además de comida tradicional como barbacoa, mixiotes y antojitos; esto sin dejar de mencionar las aguas frescas, lo cual tuvo un gran éxito.
Esta situación fue imitada por habitantes de la colonia Forjadores que también se «adueñaron» del parque, donde se venden incluso artículos electrodomésticos de dudosa procedencia y teléfonos celulares entre otros, situación similar que se registra en las colonias Payo Obispo I y II, además de la Proterritorio y el parque de “Los Caimanes”, por mencionar algunos, donde se venden productos robados a bajos precios, esto con toda impunidad y ante la presencia de muchas autoridades.