Contra los muros y por la paz
CIUDAD DE MÉXICO
Agencias Quequi
Miguel Bosé hizo un llamado por un mundo mejor, por uno incluyente, sin muros, sin fronteras. Lo hizo acompañado por los 85 mil asistentes a su concierto en el Zócalo de la Ciudad de México, y después al lado de sus siete invitados especiales, uno para cada canción: Ximena Sariñana, Paty Cantú, Sasha Sökol, Pepe Aguilar, Ana Torroja, Fonseca y Benny Ibarra.
El momento cumbre de tal discurso fue arropado por las cientos de palmas levantadas, aplaudiendo su mensaje de paz, con las luces de sus celulares en las manos, cantando a su lado Nada particular.
¡Gracias México! Soy un hombre de paz y trabajo por y para la paz, porque quiero entregarle a mis hijos un mundo mejor. La paz se trabaja en frentes diferentes. Uno es con solidaridad, con pasión, generosidad y se ejerce en momentos críticos. Esta canción habla de exiliados e inmigrantes. La escribí en 1992 durante la guerra de Yugoslavia y pensé que terminaría esa rabia. Quiero pelear para decirle a esa gente: ésta es tu casa.
Sólo les pido que no se tiñan de color rubio. No se tiñan de rubio platino porque si se tiñen, les da por levantar muros. No es el mundo que quiero, sino uno de solidaridad”, afirmó el cantante y compositor de 60 años.
Miguel Bosé arribó al escenario instalado frente a la Catedral Metropolitana a las 19:40 horas. Presentó a cada uno de sus músicos, y sin más, cantó Sereno, Duende y Nena, antes de pronunciar su primer discurso, como un saludo, una confesión y una promesa, de una noche llena de invitados.