Comunicación, linchamientos y gobernabilidad

Armando Ríos Piter > Por una #SociedadHorizontal ¡Que actúe!

A lo largo de la semana se presentaron dos eventos que ayudan mucho a entender el momento político-comunicacional que estamos viviendo. Por un lado, la discusión sociodigital que se dio en torno al debate de candidatos presidenciales, especialmente, la mesa de Latinus que dirigió Carlos Loret de Mola. Por otro, el video que circuló y se hizo viral, en el que una periodista de Univisión le pregunta a AMLO sobre el agua en Chiapas. Las respuestas del mandatario, dan una muestra clara del tipo de gobernabilidad que impera hoy en el país y las razones que mueven a López Obrador a comunicar como lo hace.

Respecto al primer tema, como siempre ocurre, los analistas y líderes de opinión, recurrieron a mesas de análisis en las que expresaron su sentir sobre la participación de las dos candidatas y el candidato. En este contexto, llamó la atención que tras los comentarios de los distintos asistentes a la mesa convocada por Carlos Loret y la afirmación de éste, en el sentido de que la ganadora fue Claudia Sheinbaum, las redes sociales explotaron contra él. Un altísimo número de mensajes tanto en “X” como en “FB”, tundieron a Loret de Mola, le preguntaron “si ya le llegaron al precio”, “si ahora será el periodista de los ch@iros”, le recriminaron haberlo apoyado con el hashtag #TodosSomosLoret” y sentirse traicionados. Ante estos duros señalamientos, el periodista solo alcanzó a decir que “existe un México polarizado, sí, pero también con la incapacidad de aceptar la realidad.

La forma en la que hoy funciona la comunicación y la relación con las audiencias. Carlos Loret de Mola asumió desde el inicio del sexenio, la posición de ser un crítico agudo de la actual administración federal. Desde la “Casa Gris” hasta los reportajes de “El Clan”, la posición de Loret fue la de un periodista “militante” en el anti-lopezobradorismo. Su presencia mediática fue para muchos “brújula” y orientación para la oposición. Es por esta razón que la supuesta búsqueda de “ser objetivo”, no resulta entendible para millones de sus seguidores. También es la causa de que hoy, esos seguidores lo acusen de ser un traidor.

Si bien antes era posible que un comunicador o un líder de opinión, se amparara en la supuesta “objetividad” de su forma de pensar, hoy, la manera en la que funciona la comunicación exige una plena “subjetividad”.

Las cámaras de eco (las comunidades repiten y retroalimentan una misma forma de ver las cosas) y la circularidad en la conversación (las comunidades critican, exhiben y linchan a todo aquel que manifiesta una forma de pensar a la que tradicionalmente le ha mantenido como parte de dicho grupo) dividen a millones de personas entre las que están a favor de las que están en contra de algo. La expresión de Loret al decir que la gente “no acepta la realidad”, deja en claro su falta de entendimiento de la transición que hoy vivimos.

Lo anterior contrasta con la discusión que tuvo AMLO con una periodista de la cadena de noticias Telemundo. López Obrador se enganchó con una pregunta hecha por la reportera respecto a la falta de agua en los domicilios chiapanecos. “Nosotros tenemos otros datos”, “los medios de información, en general, no son objetivos y no son profesionales”, argumentos que utilizó para decir que en Chiapas es el lugar en el que hay mas agua.

El presidente se apega a su guion: “primero los pobres”. No permite -a riesgo de mentir- que su narrativa cambie. Se apega a su “causa” a costa de lo que sea. Por ello, mantiene de su lado las emociones de sus seguidores y la cohesión de su movimiento en torno a su figura. Aunque todos sabemos que no debería ser así, que su obligación como presidente de “todos los mexicanos” es no sesgar la información y no mentir, todo indica que, en el nuevo escenario de comunicación política, esa es la única forma en que es posible mantener la gobernabilidad.

Habrá que analizar más a fondo este tema. La #SociedadHorizontal deberá diseñar y proponer nuevas instituciones que corrijan las distorsiones que, para el Estado Liberal Democrático, ha traído consigo el avance tecnológico. Instituciones que le permitan a toda la sociedad, distinguir entre “subjetividad y objetividad”, de tal forma que los comunicadores, verdaderamente comuniquen y los gobernantes, verdaderamente gobiernen.

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