CJ: Basta de divisiones e impunidad
CHETUMAL
Por Luciano Núñez > Quequi
La alcaldesa de Cozumel, Perla Tun Pech, volvió a dar muestra de su cerrazón y falta de diplomacia, al no asistir al 42 aniversario de la Promulgación de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo.
Este último desplante de la ex diputada isleña, que rehúsa a participar en eventos públicos con el gobernador, Carlos Joaquín González, se suma a otros dos de igual envergadura: el anuncio del Plan de Austeridad convocado por el Ejecutivo, al que asistieron los otros 10 presidentes municipales; y tampoco fue al evento de la esposa del mandatario estatal, Gabriela Rejón, cuando tomó protesta al voluntariado.
De forma recíproca, cuando el gobernador se reunió con el embajador de China en la Isla de las Golondrinas, la panista destacó por su ausencia, razón por la que rápidamente fue clasificada como una “apestada” política, una persona non grata para la actual administración.
Según revela uno de los alcaldes, Tun Pech dejó extrañados a quienes compartieron el balcón de Palacio Municipal con el gobernador, a quien llamó en reiteradas ocasiones por su nombre, ignorando su investidura. “La señora no reconoce ninguna autoridad”, dijo la fuente.
Ya empoderada en el gobierno cozumeleño, los reporteros de la fuente han denunciado una política hostil de la autoridad. Incluso, tuvo que entrar al tema la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quien emitió una medida cautelar ante la queja de 34 periodistas.
Sin su polémica presencia, la conmemoración del 42 aniversario de la Promulgación de la Constitución Política del Estado transcurrió de manera límpida, con presidentes municipales y autoridades de los tres niveles de gobierno conminados por el gobernador a renovar “el pacto de concordia que nos identifica como quintanarroenses”.
Las blancas guayaberas, símbolo de la etiqueta en Quintana Roo, inundaron la explanada de la bandera, donde fue izada la bandera del estado: el escudo estatal sobre un fondo blanco, símbolo adoptado en 2013. Bordeando la bahía, los autos de los funcionarios se congregaron en la curva que tiene al edificio del Congreso (con su historia y sus murales), como insignia de un poder que todavía sobrevive en la capital del estado. Poco a poco los espacios se fueron llenando: en las primeras filas fue notoria la ausencia de los ex gobernadores. Durante los últimos años, la única inasistencia la marcó Pedro Joaquín Coldwell; en ésta, la única presencia la marcó el chetumaleño Joaquín Hendriks Díaz.
Todavía con ciertos recelos, la alternancia no ha terminado de digerirse para algunos medios de comunicación, cuyos representantes dejaron vacías las sillas que, años atrás, eran insuficientes. Sin embargo, la ciudadanía estuvo presente y el recinto lució lleno, con representantes de todos los sectores: infaltables los representantes mayas, el Ejército y la Marina.
Justo antes de que comenzara el acto, presidido por el diputado Carlos Mario Villanueva, ingresó Juan Carrillo Soberanis, de Isla Mujeres, y el presidente municipal de Cancún, Remberto Estrada Barba, quien se tomó el tiempo de saludar de mano a casi todos los invitados de las primeras filas, y dirigió saludos hacia las butacas adyacentes. El ingreso del gobernador marcó el inicio del acto, quien durante su discurso recordó que Chetumal fue el epicentro de la lucha por la Independencia de nuestro territorio. “En donde nace el verdadero sentido del quintanarroísmo, tan lastimado en los últimos años”; comparó. Para después sintetizar que vivimos un tiempo de alternancia política, “de democracia, donde se ha enterrado el autoritarismo. Vivimos un tiempo de reconciliación y de combate a la impunidad”, reforzó para después señalar, “a los que ayer generaron divisiones, deben someterse a un nuevo dictado: la voluntad de la mayoría”.
Enumeró tres desafíos: garantizar que la justicia llegue a todos, retomar el camino de la decencia, el decoro y la honestidad como forma de gobernar y asegurar que todos puedan vivir con bienestar. En el tramo final, reflexionó que el respeto ciudadano hacia la autoridad, “no se otorga, se gana”; e instó a firmar un nuevo pacto social que nos una, “que nos mueva, que nos conmueva”.