Certificarán a catequistas

Port Raimon Rosado>Quequi

 

En el marco de la celebra­ción del XVII Encuentro Provincial de Catequesis, que reunió durante el fin de semana a más de 5 mil catequistas de cuatro estados de la región Sureste del país, el obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, Pe­dro Pablo Elizondo Cárdenas, dio a conocer que aproximadamente 6 mil catequistas quintanarroenses, junto con muchos otros de todo el país, podrían ser considerados como ministros de culto, como parte de las diferentes denominaciones que para ello otorga la Iglesia Católica.

Al realizarse ayer domingo, en el Poliforum “Benito Juárez”, la se­gunda y última jornada de este en­cuentro católico, el que estuvieron presentes las autoridades obispales de los estados de Yucatán, Campe­che y Tabasco, el obispo quintana­rroense, indicó, que a diferencia de otras religiones, donde sus ministros se forman “nada más a la ligera”, lo que puede derivar en situaciones de engaño a sus fieles, en la Iglesia Ca­tólica, se busca certificar, con creden­ciales y títulos correspondientes, a quienes imparten doctrina cristiana a los niños que cada fin de semana acuden a los diferentes templos de esta fe.

“Queremos darle mayor forma­lidad y seriedad a su compromiso con Dios y la enseñanza que brin­dan, para que sea más permanente, de un modo similar a como se for­man los sacerdotes y los semina­ristas, lo que se reflexionó durante este encuentro”, indicó Pedro Pablo Elizondo, quien dijo que a través de los catequistas, que en su gran mayoría son mujeres, se demuestra que la Iglesia está viva y con miras a seguir creciendo, a través de quie­nes difunden la Palabra de Dios.

Durante una charla de interac­ción entre representantes de los ca­tequistas y los obispos Pedro Pablo Elizondo; de Campeche, Francisco González González y los arzobis­pos emérito de la Arquidiócesis de Yucatán, Emilio Carlos Berlié y en funciones, Gustavo Rodríguez Vega, el último mencionado, habló de la trascendencia e importancia de la labor que desempeñan las mujeres catequistas, cuya labor es fundamental en lo que respecta al respeto y dignificación de las mu­jeres, cuyos valores inculcan a los niños y jóvenes que forman espiri­tualmente, con lo que contribuyen a aminorar males sociales como la delincuencia y la inseguridad.

 

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