Carlos César González Cruz MISIÓN EVANGÉLICA

¿SIGUE SIENDO IGLESIA DE CRISTO LA IGLESIA DE HOY?

“Tiempo es de actuar, oh Jehová, Porque han invalidado tu ley”. Salmo 119:126

La corrupción, injusticia y saqueo de nuestros gobernantes no se remedia con actos igualmente repudiables como el robo y el saqueo. Ellos impunemente roban y saquean sistemáticamente al país año tras año, y sexenio tras sexenio, llenando sus bolsillos y favoreciendo a sus familias. Sin embargo, el pueblo no debería querer remediar este mal con lo mismo que desea eliminar. Nada se gana con actos de vandalismo y saqueo. Lo único que hacen es empeorar la situación social del país.

Ante la situación política y social tan descompuesta de nuestra nación, deberíamos preguntarnos ¿Cuál es el papel que la iglesia debería desempeñar? ¿Cuál es la tarea a la somos llamados en este momento histórico? ¿Cuáles son las implicaciones sociales y políticas de la misión de la iglesia en este momento histórico?

Ahora mas que nunca debemos hacer una revisión del papel profético de la misión de la iglesia. Se hace necesario, y hasta urgente una relectura del papel profético en el Antiguo Testamento y considerar las implicaciones para la misión de la iglesia hoy, con ello, nos vamos a dar cuenta que uno de los elementos principales de su mensaje era la denuncia del pecado y la injusticia. Denuncia de los pecados sociales tales como la explotación del hombre por el hombre, el abuso de la autoridad, la mezquindad, la avaricia, la falta de misericordia, de equidad, etcétera. Los profetas enviados por Dios tenían la consigna de denunciar el pecado y la injusticia, viniera de donde viniera. Tanto del abuso de los líderes políticos de la nación, como de los religiosos.

Y hoy, ¿Dónde están los profetas de Dios de la talla de Oseas, Isaías o Jeremías, que cumplieron con la consigna aún a costa de su propia vida? Ellos amaban a Dios con todo su corazón, más que sus vidas…

Alguien dijo y con mucha razón lo siguiente: Lo único que se necesita para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada contra él. Eso es lo que pasa en nuestro país. Los hombres buenos no hacemos nada al respecto. Mínimo, deberíamos levantar la voz profética, tanto en lo personal, como institución, o como iglesia, para denunciar la injusticia.

Existe una total y completa apatía por este tipo de temas, y por ello los hombres malos actúan impunemente. Un pastor hablaba con un consiervo sobre esto y dijo, «¿Sabías que lo que más está afectando a la iglesia hoy día es la ignorancia y la indiferencia? A lo que éste contestó: «¡No sé, ni me importa!»

Ahora sí, tal parece que satanás ha puesto a la iglesia en la cuna de la apatía, y la ha arrullado con la canción del aburrimiento. Dios sí quiere que denunciemos y combatamos todo tipo de abuso, corrupción e injusticia, en todo lugar, en todo nivel y en todo tiempo.

Bendecido fin de semana amigos y hermanos del camino, del camino de Dios. Pbro. Carlos César González Cruz [email protected]

 

 

 

 

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