‘Canelo’, ‘punto y aparte’, en el boxeo

Round 12 > Por Mauricio Sulaimán
(Presidente del WBC – Hijo de José Sulaimán)
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Decidí viajar a Las Vegas, aún durante mi periodo de luto por mi mamá, para acompañar a nuestro campeón Saúl “Canelo” Álvarez. No fue fácil, me sentí fuera de lugar en todo momento, pero recibir tanto cariño de muchísimas personas fue algo que me dio mucha emoción.

Estando arriba del ring, listo para esperar la salida de los boxeadores, Jimmy Lennon pidió la atención del público, y ante una abarrotada “T-Mobile Arena” dijo unas palabras hermosísimas acerca de mi mamá, mientras las pantallas mostraban fotos de ella, seguidas por 12 campanadas en honor a su memoria.

Nunca olvidaremos como familia este gesto tan increíble de la Premier Boxing Champions, de Al Haymon y de todo su maravilloso equipo de colaboradores, quienes dieron un homenaje a doña Martha. Un día antes del combate estuve con Saúl, y quedé sorprendido de su madurez como persona, me expresó mensajes muy profundos y con gran empatía acerca de la vida.

Cené con Mike Tyson y su esposa Kiki, y Miguel como le digo desde que lo conocí, contó esa cena en mi casa cuando era campeón, y el banquetazo que mi mamá preparó, y cómo bailó con ella. Él siempre le decía: Mamá. También hubo abrazos y palabras de tanta gente linda: Claudia Trejos, Luis de Cubas, Tommy Hearns, Abner Mares y Sebas, quien es el chofer que me recogió en el aeropuerto; jueces, réferis, el staff de la comisión, entrenadores y peleadores, todos me llenaron de cariño, y al día de hoy inicia mi nueva vida para honrar la memoria de mi adorada madre, junto a la de don José.

Saúl “Canelo” Álvarez dejó a México en alto una vez más. ¡Qué pelea! La rivalidad México Vs. Puerto Rico escribió una página más en ese libro de la historia de combates. Edgar Berlanga calló a quienes no lo conocían y dio un combate de gran valor y emoción. Fueron 12 rounds de combate sin tregua, y se fundieron en un abrazo que duró varios minutos. Esa es la belleza del boxeo, el deporte más noble que existe, de querer arrancarse la cabeza, suena la campana e inicia una amistad de por vida.

El “Canelo” lució espectacular. Fue agresivo, concretó combinaciones y fuertes ganchos, tumbó a su valiente rival en el tercer round. Toda la pelea se dijeron cosas: “¡Vamos! ¡Dale! ¿Es todo lo que tienes?”. Un combate que mantuvo a los más de 20 mil aficionados entretenidos. Vimos a un “Canelo” diferente, sistemático, con defensa, pero sin dejar de tirar golpes; salió marcado de la cara como pocas veces, pero disfrutó al máximo su desempeño, y se dejó ir en el micrófono al dejar de manifiesto su amor por México, y todo lo que representa este país.

Eddy Reynoso y su querido padre, don “Chepo”, idearon el plan de trabajo, la estrategia, la preparación física y mental para una ejecución magistral del tapatío. “Josejas”, nuestro embajador humanitario el WBC, entregó el bellísimo cinturón conmemorativo del combate, el “Tamaulipas”, único, elaborado con manos artesanas del estado de don José y doña Martha, una cuera tamaulipeca finamente confeccionada en el verde y oro con una placa espectacular.

“Josejas” es un joven que se preocupa más por el boxeador que por el deporte mismo; por los niños del mundo que necesitan reflejarse en alguien y entender que todos somos campeones. Con el triunfo del “Canelo”, México avanzó en la tabla de triunfos contra Puerto Rico, con 23-18. El “Canelo” y Berlanga emularon a sus ídolos connacionales como “Sal” Sánchez y Chávez, o los boricuas, Wilfredo Gómez, “Macho” Camacho y Cotto.

La misma noche, la UFC, que es una empresa multimillonaria que promueve eventos de MMA, presentó su evento en “La Esfera”. Se especuló que era una especie de afrenta al boxeo; una competencia por buscar quién puede más. Al final, el “Canelo” disfrutó de un lleno con un ambiente inmejorable, una noche para el recuerdo, dejando en claro que el boxeo es el dueño de las fechas de 5 de Mayo y 15 de Septiembre; una tradición de décadas que nuestro migrantes tomaron para festejar sus raíces, y con los mejores combates del año desde los 80.

Los dos deportes pueden convivir y compartir, existe público para todo, y más cuando México, los paisanos y el mundo entero se da cita en Las Vegas y muchas otras ciudades para festejar y celebrar en estas fechas especiales.
¡Viva el deporte! ¡Que viva México!

¿SABÍAS QUE?

Mi mamá abrió su corazón al boxeo desde siempre. Hizo de su hogar la casa de todos, y con su calidez humana y sus deliciosos platillos árabes y mexicanos recibió a incontables personalidades, ya sea en grupo o uno a uno. Muchos la llamaron mamá. Julio César Chávez la visitó el sábado 17 de agosto, un día antes de su muerte, y en un momento hermoso sin saberlo se despidió de la jefa.

ANÉCDOTA DE HOY

Estábamos en Las Vegas para la pelea de Chávez contra el “Macho” Camacho. Mi papá no aceptaba traer a mi mamá ni a mis hermanas a funciones, pues no las podía atender. Esa pelea fue tan importante que las mujeres de la casa impusieron tal presión que no hubo de otra.


Saliendo de cenar en el Hotel Hilton, mi mamá insistió a don José que le diera un número. “Vieja, yo no juego y lo sabes bien, pero como insistes, pues, el número cuatro que era mi camisola en el beis”.


Minutos después regresa mi mamá, y le entrega 500 dólares. “¡Ah, caray! ¿Y, esto? ¿De qué se trata?”. “Le puse 20 dólares al cuatro en la ruleta, y… ¡Cayó! Paga 35 a 1”. “¿Cómo? ¡Qué suerte! ¿Y los otros 200?”. “¡Ah, pues esa es mi comisión gordito”, concluyó mi mamá.

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