Aumenta a 319 número de muertos
CIUDAD DE MÉXICO.-
Las brigadas japonesa e israelíe, en coordinación con elementos militares, Topos y otros grupos de rescate, recuperaron esta madrugada un cuerpo de entre los escombros del multifamiliar de Tlalpan, colapsado tras el sismo del pasado 19 de septiembre, por lo que el número de víctimas fatales del fuerte terremoto subió a 319, siendo la Ciudad de México la que registra más fallecidos con 181, informó ayer el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente.
En una actualización del balance preliminar de muertos por el temblor de magnitud 7.1 en la escala Richter, Puente ha detallado que en Ciudad de México hay 181 fallecidos, 73 en Morelos, 45 en Puebla, 13 en el Estado de México, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca.
RÉPLICAS
La cifra se ha elevado en la Ciudad de México, al pasar de 167 a 181 en las últimas horas, en tanto que en los estados de Morelos, Puebla, México, Guerrero y Oaxaca el número de víctimas se ha mantenido sin cambios.
A estos fallecidos directos por el terremoto de 7.1 en la escala de Richter se le suman cuatro decesos del sismo de este sábado, que tuvo el epicentro en Oaxaca y fue una réplica del terremoto de magnitud 8.2 del pasado 7 de septiembre.
Derivado del movimiento telúrico de 6.1 hubo dos muertes por infarto provocadas por crisis nerviosas en la Ciudad de México.
Otras dos personas fallecieron en el municipio oaxaqueño de Asunción Ixtaltepec. Además, un puente y varias construcciones de Juchitán dañadas por el terremoto del 7 de septiembre terminaron de colapsar este sábado.
Millones de niños necesitarán ayuda
CIUDAD DE MÉXICO
Por Agencias Quequi
Con base en cifras oficiales, la Unicef calcula que, por los grandes sismos y más de dos mil réplicas ocurridos recientemente en México, alrededor de cinco millones de niños requieren atenciones psicoemocionales.
“Los niños están asustados“, advierte Pressia Arifin, representante en México de Unicef, quien en las últimas horas recorre la Ciudad de México, Oaxaca, Puebla y Morelos. “Encontramos casos en que no paran de llorar durante días o no quieren regresar a la casa por miedo a que ocurra otra vez y todo esto confirma de que los niños quedan con traumas“.
Otras manifestaciones son: pesadillas, comportamiento agresivo, falta de control de esfínteres (orinarse en la cama), principalmente en las noches, o quedarse en silencio durante días.
Patricia Bermúdez, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, recomienda a los padres animar a los menores a expresarse. “Lo importante es que ellos puedan platicar cómo vivieron la experiencia, que empiecen a hablar, o podrían quedar con miedos de por vida”.