Asesor de hierro para abatir la delincuencia
CANCÚN
Por Adriana Fernández > Quequi
Un importante cambio se ha realizado en la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito de Benito Juárez, al invitarse al teniente coronel Julián Leyzaola, famoso por reducir los niveles delictivos en Tijuana y Ciudad Juárez, como asesor operativo en jefe en materia de Seguridad Pública.
Además, Alejandro Rodríguez Zepeda, fuerte colaborador del teniente del ejército en las dos ciudades mencionadas, entró a partir de ayer como responsable titular interino de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito, en reemplazo de José Luis Jonathan Yong Mendoza, cuya salida ya se rumoreaba desde hace más de una semana.
La presentación de ambos personajes fue encabezada por el presidente municipal de Benito Juárez, Remberto Estrada, en una breve rueda de prensa en el Salón Presidentes del Palacio Municipal, donde se destacó principalmente el buen desempeño que ha realizado Julián Leyzaola. En su mensaje, en compañía del Cabildo, el edil aseveró que el gobierno municipal que encabeza “se suma de manera vigorosa a los esfuerzos federales y estatales” por abatir la delincuencia, pues es la única forma de solucionar el problema.
“No importa de quién sea el logro, hay que hacer esta tarea”, declaró. “Cancún es de sus habitantes y hacia todos ellos es nuestro compromiso”.
Estrada Barba, resaltó que comparte con el teniente coronel los valores y principios, así como la entereza y el amor por el país, que a lo largo de su trayectoria profesional, le ha valido múltiples reconocimientos a nivel nacional e internacional, incluyendo a la DEA y al FBI, por su desempeño contra el crimen organizado en Tijuana y Ciudad Juárez.
Remberto Estrada subrayó que por ello, así como por su reconocida preparación y trayectoria militar, decidió invitar al teniente coronel Julián Leyzaola a colaborar en materia de seguridad con el Ayuntamiento de Benito Juárez, “para restablecer el orden, la paz y la seguridad en este municipio”.
El teniente coronel, por su parte, prometió realizar una “operación quirúrgica” para abatir el problema de la inseguridad, que opinó se está muy a tiempo para corregir. “No estamos a los niveles de Tijuana, Ciudad Juárez o Acapulco”, declaró. “Existe un problema, pero se puede atender sin un costo social alto”.
Leyzaola aplaudió la iniciativa del presidente de tomar acciones decisivas para mejorar la ciudad, en lugar de esperar el auxilio de otros niveles de gobierno. También señaló sentirse a gusto por poder servir al país, como lo dicta su vocación militar.
LARGATRAYECTORIA
El teniente coronel Julián Leyzaola, de 47 años y nacido en Culiacán, Sinaloa, ha desempeñado cargos importantes en Seguridad Pública a lo largo de su carrera, principalmente en Tijuana y Ciudad Juárez.
A la primera ciudad llegó en 2007, cuando era conocida por sus altos índices criminales y de inseguridad, logrando una reducción de hasta un 70% en crímenes vinculados con el narcotráfico, extorsiones, secuestros y trata de personas.
Estos resultados, que incluso atrajeron la atención de la prensa nacional, hicieron que repitiera como secretario de Seguridad Pública, en Ciudad Juárez, Chihuahua en 2011. Allí logró que en ese sitio, denominado el más peligroso del mundo, se redujeran hasta en un 85% los delitos.
Esta labor no fue fácil, pues debió enfrentarse a poderosos cárteles, como el de Los Arellano Félix. De hecho, en siete ocasiones han atentado contra su vida, motivo por el que actualmente utiliza una silla de ruedas para trasladarse.
Quien lo asistirá en la titularidad de la SMSPyT es Alejandro Rodríguez Zepeda, con quien ha laborado estrechamente en las dos ciudades mencionadas.
Ausente en la conferencia de prensa estuvo el jefe policiaco saliente, José Luis Jonathan Yong Mendoza, quien ni siquiera fue mencionado, lo que motivó que inicialmente se pensara que seguía en el cargo. Duró como encargado de despacho nueve meses, entre constantes críticas por su falta de experiencia, al haber siempre desempeñado cargos administrativos. En recientes entrevistas, confesaba que no había mucho que podía hacerse para frenar el crimen, una falta de visión que, sumada al no acreditar los exámenes de confianza, le costó el puesto.