Arrasan con mangle

CHIQUILÁ

Por Daniel Cauich > Quequi

 

Aproximadamente 100 metros cuadrados de mangle fueron talados en la salida de Chiquilá, con dirección a Kantunilkín, presumiblemente para construir una calle o alguna obra particular; en lo que constituye el último en una serie de ecocidios cometidos en la zona, y que coincide con el Día Mundial de los Humedales.

Mientras que en Holbox grupos ambientalistas realizaban una serie de actividades para concientizar a la población sobre la importancia de los manglares, marcando este el 2 de febrero; cruzando hacia el puerto se devastó una considerable extensión de este frágil ecosistema, clara muestra de que en este día no hay nada que celebrar.

Fueron aproximadamente 25 plantas de especies protegidas, de grandes dimensiones, las que fueron taladas en la parte izquierda de la carretera de Kantunilkín a Chiquilá.

Peor aún, la autoridad del lugar, el alcalde José Cohuo, dijo desconocer sobre este ecocidio a plena vista de todos en este pequeño poblado, que forma parte del área natural protegida Yum Balam.

“Desconozco el caso; sólo porque me lo comentas me estoy enterando. Ya veremos qué dicen las autoridades ambientales al respecto”, declaró.

Habitantes del lugar, lamentaron que la Profepa, auxiliada con fuerzas armadas, detuvo a un grupo de ejidatarios por limpiar un predio previamente desmontado y los retuvo en la cárcel por largos meses; sin embargo, y pese a que ahora ya cuentan con una oficina en el municipio, esta dependencia es incapaz de actuar cuando se dan casos reales de destrucción ecológica, generalmente realizada no por humildes pobladores, sino por desarrolladores poderosos.

“Esta es una muestra de que a las autoridades le vale atender las quejas ciudadanas, ya que fueron alertados sobre el corte del mangle y simplemente no se presentaron a investigar”, lamentó un morador de Chiquilá, que pidió que omitiéramos su nombre.

“Algunos vecinos recordaron el caso Holbox, donde hombres armados detuvieron a los 16  ejidatarios y los llevaron amarrados hasta Cancún. Allí permanecieron presos durante meses antes de que obtuvieran su liberación. Incluso así les aplicaron multas”, añadió. “Acá por el contrario, a nadie parece interesarle.”

No sería el único caso; este medio ha revelado en diversas ocasiones como han sido abiertas varias brechas en Holbox e incluso se ha allanado terreno para lo que parecen ser futuros desarrollos, sin acción alguna de la autoridad.

De igual manera, en esta isla han surgido grandes edificios y estructuras, basados en permisos municipales, pese a tratarse de un área de protección natural, todo porque no se cuenta con un plan de manejo, a casi 20 años de decretarse este santuario nacional.

El colmo fue un incendio provocado que devastó una gran extensión de selva y humedales, por el que jamás se detuvo a algún sospechoso. Posterior a este hecho se inauguró una oficina de Profepa en la zona, de cara a la Conferencia de las Partes sobre la biodiversidad (COP 13), a realizarse en Cancún. En el evento, también se anunció la futura publicación del tan esperado plan de manejo de Yum Balam.

El evento acabó, del documento no se supo más y como lo demuestra este nuevo ecocidio que ni siquiera fue inspeccionado, la Profepa permanece inactiva en la zona.

Probablemente sea apropiado, entonces que esta extensión de humedal fuera destruida en su día, como símbolo de situación actual en el estado.

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