Amenaza con los aranceles
Se impone Trump en Davos: produzca en Estados Unidos o paguen impuestos.
Estados Unidos
Por Agencias
En un discurso contundente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió un mensaje directo a los empresarios reunidos en el Foro Económico Mundial (WEF) de Davos: fabricar en su país o enfrentar aranceles.
Durante su intervención por videoconferencia, Trump destacó los beneficios fiscales para quienes decidan invertir en territorio estadounidense, pero dejó claro que la alternativa será pagar costos adicionales para vender sus productos en el mercado norteamericano.
“Mi mensaje para todas las empresas del mundo es simple: vengan a fabricar sus productos a Estados Unidos y se beneficiarán de unos impuestos entre los más bajos del mundo. Pero si no los producen en Estados Unidos, y están en su derecho, entonces, simplemente, tendrán que pagar aranceles”, afirmó Trump, retomando su narrativa proteccionista que marcó su primera presidencia.
La intervención del mandatario, apenas tres días después de asumir su segundo mandato, generó gran expectación en Davos. El auditorio estuvo lleno a tope, con largas filas desde media hora antes del inicio y estrictos controles de seguridad, una situación inusual para una participación remota.
Sacude al mundo
El fundador del Foro, Klaus Schwab, reconoció el impacto de la reelección de Trump, señalando que su regreso a la Casa Blanca ha generado “ondas sísmicas” a nivel global, afectando tanto a líderes políticos como empresariales. Schwab destacó la importancia de su mensaje en un momento crucial para la economía mundial.
Por su parte, Borge Brende, presidente ejecutivo del WEF, extendió hasta en tres ocasiones una invitación a Trump para asistir en persona a la próxima edición del Foro. Este gesto subraya el interés de la organización en mantener un diálogo cercano con quien, a través de su política proteccionista, está definiendo el rumbo del comercio global.
Aunque la intervención del mandatario polarizó opiniones, queda claro que su estrategia busca consolidar a Estados Unidos como un centro neurálgico de producción y comercio, incentivando la inversión extranjera bajo sus propios términos. Mientras tanto, el resto del mundo sigue evaluando el impacto de este retorno al escenario internacional.