Al fin, solución a viejas carencias de Cancún
Desde el Palco
Por Julio César Silva Cetina
En los últimos 25 años el gobierno federal anunció diversos proyectos de gran envergadura para Quintana Roo, la mayoría de ellos dentro del territorio del municipio de Benito Juárez, donde se ubica Cancún.
En todos los casos se trató de proyectos que hubiesen significado un apuntalamiento importante para el desarrollo del estado, pero ninguno se concretó.
En 1997 por ejemplo se anunció la construcción de un gran centro de almacenaje de combustible en Leona Vicario. Era un proyecto de Pemex que iba a catapultar a esa comunidad, hoy del municipio de Puerto Morelos, pero no se concretó.
Felipe Calderón tuvo la intención de reactivar el proyecto, pero no pasó de allí.
El propio ex presidente panista habló por primera vez de la posibilidad de construir el aeropuerto de Tulum, pero la crisis generada por la epidemia de influenza en 2009 obligó a cancelarlo cuando ya se daban los primeros pasos para la licitación.
Enrique Peña Nieto también habló de la posibilidad de reactivar el plan, pero tampoco se concretó, aunque el gobierno del estado dispuso de las primeras 700 hectáreas para la obra.
Desde hace por lo menos 20 años se ha planteado la necesidad de construir un puente sobre la avenida Nichupté, para tener otra opción de comunicación entre la zona hotelera y la parte continental de la ciudad.
Incluso, ese planteamiento se hacía acompañar de un plan adicional denominado Corazone, que proponía otro puente más pequeño sobre la laguna Bojórquez, para desviar sobre esa infraestructura el tráfico actual de Punta Cancún, que sería objeto de un amplio reordenamiento para eliminar el caos de hoy en día.
Pero todos esos proyectos chocaban contra intereses diversos. Por ejemplo, el aeropuerto de Tulum se canceló por presiones de Asur, que se comprometió a constuir la segunda pista del aeropuerto de Cancún, a cambio de que la terminal aérea tulumense no se concrete.
También hubo falta de voluntad política.
Las cosas son ahora diferentes. A pesar de la desordenada administración federal, los quintanarroenses sumaron voluntades con sus autoridades estatal y municipal para empujar y lograr del gobierno de López Obrador los apoyos necesarios para estos importantes proyectos.
Pronto se pondrá en marcha la construcción del aeropuerto de Tulum, las obras del tren Maya están en proceso y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ya anunció $10,000 millones de pesos para el puente sobre la Nichupté y la reconstrucción del bulevar Luis Donaldo Colosio, que conecta a Cancún con el aeropuerto y la Riviera Maya.
Hay que reconocer que la alcaldesa Mara Lezama Espinosa han sido insistente y persistente para la consolidación de estos proyectos, que resolverán viejos problemas cuya solución fueron postergados durante años por falta de voluntad, por falta de visión y falta de capacidad.
Platea:
Pablo Bustamante puede respirar tranquilo y limpiarse el sudor de la frente. Ya la brincó. Le perdonaron sus pecados y continuará como secretario general del partido Verde en Quintana Roo.
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