Acciones por el ambiente

 

De cara a la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad (COP 13), la empresa Sustentur puso en marcha un proyecto para medir la huella de carbono de cuatro empresas locales, que daría pie a la implementación de un programa de venta de bonos de carbono en la selva quintanarroense en un lapso de dos a tres años, pues tan sólo en Felipe Carrillo Puerto hay más de 44 mil hectáreas susceptibles de incorporarse a un programa de conservación de selvas previamente avalado a nivel internacional.

En entrevista, el director general de Sustentur, Vicente Ferreyra Acosta, explicó que a la fecha no hay un programa de venta de bosques de Quintana Roo, por lo cual la empresa a su cargo se dio a la tarea de medir la huella de carbono para compensar las emisiones que generan las empresas, dentro de lo cual se trabaja con los eventos que realiza un grupo hotelero, un organizador de conciertos y un operador de tour de ecoturismo, cuyos resultados estarían listos en unos meses.

Aunque reconoció que es una labor en la que todavía «hay que picar piedra» para generar liderazgo y comunicación en esta materia, detalló que el diagnóstico del impacto de la generación de emisión de dióxido de carbono, incluye la basura que generan, el traslado de las personas y la energía que consumen durante su estancia.

Lo anterior, dijo, sirve para generar las estrategias para su reducción con el uso de tecnologías alternativas para reducir los consumos regulares de cosas como los equipos de aires acondicionados y el transporte para contaminar menos, a lo cual podría sumarse a mediano plazo la posibilidad de comprar bonos de carbono, que servirían para invertir en proyectos de conservación de selvas.

Destacó que tan sólo en Felipe Carrillo Puerto hay un ejido con 44 mil hectáreas susceptibles de incorporarse a este esquema, aunque ninguna ha sido certificada internacionalmente, además de que también el municipio de Othón P. Blanco podría potenciar que este tipo de proyectos se consoliden a mediano plazo, pues en México ya hay lugares que operan como tales en la selva lacandona de Chiapas, la Sierra Gorda de Querétaro y Oaxaca.

Sin embargo, reconoció que Quintana Roo todavía está en pañales en esta materia, aunque el ejido de Felipe Carrillo Puerto tiene algunos avances en su proceso de certificación y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) están empujando fuertemente el proyecto, para lo cual hay ejidos y corredores de selva susceptibles de ser utilizados, como el de Sian Ka’an-Calakmul, la frontera con Campeche y Yucatán.

 

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