Acaricia Kuczynski la victoria en Perú

 

 

Lima. Lo tenía todo para ganar, pero el antifujimorismo, el principal y amorfo movimiento político de Perú en este momento, le arrebató la victoria en la recta final a la derechista Keiko Fujimori, hija del autócrata que gobernó entre 1990 y 2000. A pesar de que a última hora de la tarde se luchaba urna a urna con una diferencia, al 91% escrutado, de menos de 100,000 votos (sobre un censo de 17.1 millones), los analistas apuntaban a que el liberal Pedro Pablo Kuczynski lograría la presidencia por la mínima.

La movilización de la izquierda contra Fujimori y los escándalos de su entorno le hicieron perder en la última semana una elección que tenía ganada, según los resultados de la primera vuelta. Algo que ya le pasó en 2011 con Ollanta Humala.

Perú despertó conmocionado al día siguiente de las elecciones más extrañas y reñidas de su historia. Nadie acababa de creerse del todo este inesperado giro que llevó a un vuelco total en la última semana de campaña.

Los Fujimori se negaban a reconocer la derrota a la espera de las actas de las zonas más alejadas de un país con un tercio de territorio selvático y donde algunas urnas tienen que ser trasladadas en canoa. La ONPE, el organismo electoral, aseguraba que no habrá datos definitivos al 100% hasta mediados de semana, porque hay muchas impugnaciones de mesas. Pero todos los analistas daban casi por hecha la derrota del fujimorismo.

“Keiko Fujimori perdió un partido que tenía ganado en la última semana por errores propios. Y es la segunda vez que le pasa. Además, esta vez lo hizo contra un pésimo candidato como Kuczynski. Es durísimo para el fujimorismo, va a quedar debilitado a pesar de tener la mayoría del Congreso”, sentencia Martín Tanaka, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Católica. Ni siquiera su hermano Kenji, con quien está enfrentada, votó por la candidata.

Por Agencias-Quequi

Foto: Agencias-Quequi

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