
Exprimían’ a beisbolistas
Por Mario Morales > Quequi
Desde el mes pasado, en una corte de Estados Unidos se han ventilado los detalles del millonario tráfico de peloteros cubanos indocumentados, de Cuba hacia los Estados Unidos, cuya base principal ha estado localizada en Cancún, ciudad donde el cártel de “Los Zetas” los mantiene encerrados en espera de su pago.
Involucrados están varias figuras de las Grandes Ligas, José Abreu, Adeiny Hechevarria, Yoenis Cespedes,
Jorge Padrón y Reinier Roibal, quienes entregaron parte de sus sustanciales contratos con equipos como los Marlins o los White Sox al grupo delictivo que los llevó a suelo estadounidense y que incluso les consiguió documentación oficial con el Instituto Nacional de Migración (INM). Mientras esperaban, los deportistas entrenaban en diamantes de Cancún, en espera de su pase.
Se trata del juicio en contra del agente Bartolo Hernández y el entrenador Julio Estrada, quienes son acusados de fungir como los nexos estadounidenses de los Zetas, quienes montaron una empresa fantasma para negociar la contratación de beisbolistas, “Estrellas del Béisbol”, y exigía un altísimo porcentaje del contrato.
Las reglas del béisbol en Estados Unidos hacen que cualquier nueva contratación tenga que realizarse por el mínimo, alrededor de 20 mil dólares, lo que se conoce como el “draft”. Sin embargo, estas reglas no aplican para jugadores extranjeros. Por este motivo, “Los Zetas”en lugar de llevar a los peloteros cubanos a Estados Unidos, los mantenían en México para que pudieran obtener un contrato como extranjeros, por cantidades muy superiores.
La base de operaciones era en Cancún, donde se les traía en lanchas, y se les recluía en residencias. De acuerdo al testimonio de Jorge Padrón y Reinier Roibal, aunque a ellos se les trataba bien, sí atestiguaron cómo se amenazaba y maltrataba a otros cubanos, cuyos familiares debían pagar 10 mil dólares para que fueran liberados.
“Los refugiados cubanos que no podían pagar esa cantidad de dinero eran torturados, y los traficantes pedían a sus familiares que pagaran la deuda contraída. Con ese fin llamaban por teléfono a las familias, y les hacían escuchar los gritos de dolor de sus seres queridos”, señalan los testimonios de la corte.
Detrás de esta operación estaba un cubano, Joan “Nacho” García, quien obtenía los documentos apócrifos del INM que atestiguaban la residencia de los jugadores, con lo que ya podían negociar con equipos estadounidenses.
Los fiscales dijeron que el costo de los peloteros isleños aumentó considerablemente en la última mitad de la década, porque algunos equipos de Grandes Ligas pagaron millones de dólares a jugadores como Abreu, a quien los Medias Blancas de Chicago contrataron por $68 millones durante seis años.
La fiscalía ya había señalado anteriormente que Abreu pagó a Hernández y Estrada la suma de 6.4 millones de dólares, y que ambos llegaron a acumular $15 millones por contrabandear hasta 35 peloteros cubanos.
Ya en 2014, otro de los implicados, Eliezer Lazo, fue sentenciado a 14 años de cárcel por encabezar una operación de contrabando que sacó a más de mil cubanos de la isla.
El juicio contra Bartolo Hernández y Julio Estrada durará varias semanas más. En cuanto a “Nacho” García, uno de los peloteros atestiguó que fue secuestrado a punta de pistola por un grupo rival de “Los Zetas”. Se presume que fue cortado en trozos y arrojado al mar.