Herida de bala Riviera Maya en la Fitur
Por Blanca Silva>Quequi
La balacera del club nocturno Blue Parrot agarró a los turisteros rumbo a la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid, lo cual podría afectar las negociaciones para las próximas temporadas de verano, otoño e invierno que tradicionalmente se comercializan en el evento turístico más importante a nivel mundial, en cuya edición anterior sólo Cancún logró ventas cercanas a mil 500 millones de dólares.
Lo anterior prendió los focos rojos del sector hotelero, ya que sería la antesala de un “warning” hacia Quintana Roo por parte del gobierno de Estados Unidos, cuyo mercado representa casi la mitad de los turistas que recibe el Caribe Mexicano cada año, que le permiten contribuir contribuyen con más del 40% de las divisas turísticas que capta México cada año.
Un adelanto de la inquietud que el hecho generó y que podría reflejarse en las mesas de negociaciones, fue el aviso que colocó la Embajada de Estados Unidos en México en su página de Facebook, en el cual da a conocer que está atenta al tiroteo que se suscitó en el club nocturno Blue Parrot en Playa del Carmen en la madrugada del lunes 16 de enero.
En un hecho no antes visto en otros casos de violencia, el personal del Consulado de este país se encontraba desde primera hora en el lugar para proveer asistencia sus conciudadanos, por lo que ponía a disposición el teléfono del Consulado de Estados Unidos en Mérida para cualquier pregunta ciudadanos estadounidenses. Sería hasta acabar la tarde que se confirmaba que la única mujer fallecida en el lugar era de esta nacionalidad, lo que ensombrece más aún el panorama para el destino.
El hotelero Abelardo Vara Rivera calificó de lamentable la balacera pues no se trata de un hecho aislado, sino que refleja que la situación ya se le salió de las manos a las autoridades, porque el crimen organizado cobra derecho de piso, hace amenazas y secuestra personas, lo cual expone a Quintana Roo a recibir un “warning” de Estados Unidos ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de ese país.
Consideró que las autoridades no han encontrado la forma de combatir este tipo de delitos, pues las denuncias se han hecho desde hace tiempo para pedir la participación de las autoridades sin resultados hasta ahora, ya que las leyes son obsoletas y los delincuentes saben qué es sencillo y relativamente fácil delinquir, además que saben que no los van a encontrar y que en caso de que sean detenidos serán liberados con facilidad, dejando de lado que al igual que el resto de la población también viven del turismo.
De igual manera, el presidente de Asociados Náuticos de Quintana Roo (ANQR), Ricardo Muleiro López, manifestó que el violento suceso registrado en Playa del Carmen es una muestra más de lo rebasado que están las autoridades en materia de crimen organizado, cuando debiera ser un tema de principal importancia y punto número uno en la agenda de seguridad nacional.
Destacó que el tiroteo no solo pone en riesgo la seguridad de los mexicanos sino de los visitantes y con ello el riesgo de perder toda la derrama económica que genera el turismo al registrarse a unos pasos de la Quinta Avenida que es un sitio de gran afluencia turística, que se suma al que se registró hace apenas un par de meses en la Zona Hotelera de Cancún.
En contraste, el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún y Puerto Morelos (AHC&PM), Carlos Gosselin Maurel, al igual que la secretaria estatal de Turismo, Marisol Vanegas Pérez, minimizó los hechos al considerarlos como “un deplorable acto aislado de violencia”, contrario a la postura crítica que mantuvieron durante la anterior administración estatal que encabezó el ex gobernador Roberto Borge Angulo.
Y es que siguiendo la línea oficial, el dirigente hotelero calificó la situación como “un hecho aislado”, por lo que afirmaron que es demasiado pronto para conocer sus repercusiones en el flujo turístico, pues dependerá también del manejo que le den los medios de comunicación, aunque sí urgió a las autoridades a cumplir con su obligación de garantizar la seguridad de la población y por ende de los turistas.