SANTIAGO J. SANTAMARÍA EL BESTIARIO
El ‘limbo’ de miles de cubanos en México
Tras el fin de “pies secos/pies mojados”, por acuerdo de Barack Obama y Raúl Castro, una semana antes de la toma de posesión de Donald Trump, “la vida sigue igual”, cantaba Julio Iglesias…
Washington y La Habana se sienten “comprometidos en la prevención a la migración irregular, en impedir las salidas riesgosas que ponen en peligro la vida humana y en luchar contra los actos de violencia relacionados, como la trata y el tráfico de personas” y declaran “su intención de promover cambios en sus respectivas leyes migratorias”. Pueden seguir pidiendo asilo político, pero como los solicitantes de cualquier otro país, sin ningún trato preferencial. La decisión de Barack Obama, a una semana de la toma de posesión de Donald Trump, es un giro radical a la política de puertas abiertas a la inmigración de Cuba que el gobierno norteamericano mantuvo por cinco décadas, desde que Fidel Castro tomó el poder en la isla, en 1959.
La llegada de exiliados se ha disparado desde la normalización de relaciones, fueron 43 mil 159 en 2015, un 78% más que en 2014; el año pasado fueron al menos 63 mil, la mayoría utilizó la frontera mexicana. El éxodo de temerosos de perder este privilegio provocó una crisis en varios países centroamericanos, tras los acuerdos del 17 diciembre de 2014. Miles de ciudadanos de la isla revolucionaria están en un “limbo” en Cancún, Solidaridad, Chetumal y en otros municipios de nuestro Quintana Roo y del resto de México.
¿Qué pasará a partir de ahora? Los cubanos, al igual que ocurría antes del triunfo de la Revolución, emigraban al país que es primera potencia mundial, por motivos políticos y económicos. La diferencia ahora es que vamos a asistir a menos dramas humanos motivados por esas travesías en balsas, acompañadas durante muchas millas por tiburones hambrientos e “iluminadas” por un sol deshidratante, y dirigidas por “polleros” metalizados sin límites, carentes de compasión humana. Los “fulas” -dólares- son el único objetivo de las “escrituras” de estas lucrativas empresas, “legalizadas”, de hecho, por las autoridades republicanas miamenses, en su mayoría “trumpistas” e “ilegalizadas” de derecho por los comunistas habaneros, aliados del negro Obama.
En una decisión sorprendente de última hora -una decisión que impacta al sur de la Florida-, el todavía presidente Barack Obama, por apenas menos de una semana, puso fin súbitamente a la política de “pies secos/pies mojados”, que permitía a los cubanos que llegan a suelo norteamericano quedarse en Estados Unidos. La medida entró en vigor con efecto inmediato. Esencialmente, significaba que a los cubanos que llegan a las costas norteamericanas o que cruzan la frontera provenientes de América Latina ya no se les dará automáticamente el permiso para quedarse y ser elegibles para la residencia legal permanente al año y un día de su llegada, según dispone la Ley de Ajuste Cubano de 1966.
En la declaración conjunta emitida el jueves por los dos gobiernos, el de La Habana se compromete a recibir a los cubanos devueltos por Washington, incluso a los 2 mil 746 cubanos calificados de inadmisibles que llegaron a “tierras de libertad” en el éxodo del Mariel en 1980. También se elimina el Programa de “Parole Profesional”, para Médicos Cubanos, que daba visas a los profesionales de la salud enviados a trabajar a otros países, y que fue establecido por el presidente George W. Bush en el 2006. “Esta decisión es especialmente insolidaria, porque los médicos cubanos trabajan en el extranjero bajo condiciones de semiesclavitud, recibiendo salarios irrisorios mientras el gobierno de la isla se embolsa la mayor parte de la compensación monetaria por la labor de los galenos…”, argumentan en Miami, donde reconocen también que habrá menos muertos de balseros en el mar.