El último adiós
PLAYA DEL CARMEN
En una de las funerarias de Playa del Carmen, localizada al pie de la CTM, con 15 Avenida, cuando la carroza fúnebre no quiere encender, al dirigirse a la última morada del difunto, se opta por hablarle al muerto y explicarle que sólo están haciendo su trabajo.
“Lo más que nos pasa aquí, es que al momento de dirigirnos al Panteón, de la nada la carroza no quiere encender, eso ya es común; se habla con el cuerpo y explicamos que es tiempo de despedirse; no tiene caso hablarle al mecánico, éste nunca encuentra fallas. Simplemente la persona no se resigna”, dijo en entrevista el agente funerario, Felipe Resendiz.
En “Mar Pech”, que es la primera funeraria en operar en el municipio de Solidaridad, se comentó que incluso, si el embalsamador no dialoga y pide permiso con el difunto, éste batalla durante su labor, “no encuentra las arterias o se pone rígido, esta es una realidad”, de manera que como si el cuerpo estuviera despierto, con vida, se le “pide permiso” a fin de cumplir con la labor.
De lo contrario, las labores se prolongan, también sucede algo particular con los familiares, que ante la situación de perder un ser querido, no saben cómo proceder, “se bloquean y ya no saben qué hacer”, pues se acaban las opciones para complementar los servicios que se otorgan ante la muerte de un ser querido, de manera que “nosotros les aconsejamos”.
Y es que morir en Playa del Carmen suele requerir de por lo menos 13 mil pesos y hasta de 56 mil pesos máximo, y eso sólo hablamos de un servicio, sin contemplar la estancia para la velación, o la cremación, explicó Resendiz, quien tiene cinco años como agente funerario, luego de que su hermano lo integrara en la compañía, “tenemos la capacidad, ya que de familia tenemos sangre fría, pues mi papá fue paramédico más de 20 años”, explicó con seriedad.
En cuanto al embalsamador, Óscar Antonio Anals Caamal, quien se integró a este oficio hace apenas 10 meses, comentó que el mayor y profundo dolor que pueden sentir junto con los familiares es la muerte de recién nacidos o bebés, pues es un hecho lamentable.
También le ha tocado cuerpos que tiene impactos muy fuertes, sobre todo aquellos que sufren accidentes automovilísticos, donde es necesario pedir la fotografía del difunto, para la reconstrucción del rostro o de alguna parte de su cuerpo, en ese caso “se hace uso de costuras, y en el caso de las mujeres de maquillaje, pues todos queremos ver a un ser querido en su último adiós bien, a fin de llevarnos un buen recuerdo de él o ella.
“Cuando estamos ahí, en la fría plancha, se trabaja con mucho respeto, pues todos pasaremos por este proceso, la muerte es la única garantía que tenemos los seres humanos”, explicó Anals Caamal.
(Por Patricia Martínez > Quequi)