GERMÁN GALLEGOS CRUZ. La Mesa De Las Nauyacas
‘TIRANDO EL ARPA’…
Atento recado a los desesperados… Aunque no hay una explicación académica de su significado; «tirar el arpa», en su acepción básica; significa abandonar una responsabilidad, una actividad no especifica, puede ser trabajo, juego o grupo…
Ahora que recién empiezan a estructurarse los gabinetes que acompañarán al gobernador y presidentes municipales en la tarea de gobernar, ya se escuchan voces que amenazan con «tirar el arpa» por inconformidad.
Parece que esta conducta denota falta de madurez y compromiso, con el proyecto del «cambio».
Desconozco si Carlos Joaquín González, siendo candidato a gobernador les prometió estricta exclusividad a los cargos públicos de la estructura gubernamental. Y cuando digo estricta exclusividad, debe entenderse que nadie venido de fuera tendría derecho de ser parte del gabinete.
Aquí es donde ha surgido la mayor decepción.
Reclaman algunos la inclusión de personajes «manchados» con la tinta roja del PRI. Protestan en las redes sociales que a fulano de tal, con pasado y presente priista, lo hayan metido al gabinete. ¿Y quién les dijo que en las filas del PRI, el talento había muerto? Parece que hay un error de cálculo y gran dosis de intolerancia de los quejosos.
Si se trabajó en el proyecto «Carlos Joaquín», ilusionados con cambiar las reglas del juego en materia política, se debe tener comprensión y tolerancia. La intransigencia es un signo de irracionalidad… (¿acaso son amantes del todo o nada?). Nunca se debió apostar a los resultados mágicos.
De todos es conocido que la política encuentra en la rueda de la fortuna, la metáfora más puntual para recordarnos que quienes por la inercia de la vuelta, los que estuvieron arriba, hoy están abajo. Y nadie se debe ufanar con el triunfo, mostrando el rostro de la arrogancia, porque en la siguiente vuelta de la rueda, pueden quedar colocados en la parte mas baja y llorando de rabia.
Creo que para palpar resultados falta tiempo, y obviamente, el concurso de colaboradores de probadas capacidades y buenas voluntades; vengan de dónde vengan, sean del color que sean–esperamos buenos resultados–. Me parece que los recién nombrados colaboradores del «gran capitán», están a prueba. Mal haría el gobernador sostener por simpatías o gratitud a colaboradores que no den el ancho, o que operen en contra del proyecto, solo por el gusto de joder.
Si los quintanarroenses, en su gran mayoría votaron por un gobernante comprensivo, magnánimo, benevolente y generoso, no esperen que ese gobernante tenga atributos de mago o alquimista.
Insisto, los buenos resultados llevarán su tiempo, y la inclusión de personajes que jugaron o pelearon a favor de otro proyecto, no debe ser factor de insomnio. El actual gobernador prometió cambios sustanciales en la forma de gobernar… démosle un tiempo razonable, para saber si cumplirá con la palabra empeñada.
A los que están desesperados, víctimas del demonio de la intolerancia, les diría que no «tiren el arpa», que el tramo gubernamental tiene seis años, y apenas han transcurrido dos semanas.
ESPERANDO TURNO…
Dice un joaquinista de corazón: Cuando han pasado escasos doce días, y ni siquiera me han llamado para calmar mis nervios, hago un recuento de las rebanadas del pastel que aún quedan en el frigorífico, y aunque no tan suculentas, puede que todavía me toque algo –razonó–. Y si de ese resto del pastel, tampoco me toca nada, no tengo porque culpar al contador (refiriéndose a Carlos Joaquín).
Sé que adquirió compromisos políticos con mucha gente que se la jugo con él, y no debo ser impertinente haciéndome el aparecido para que se acuerde de mí. Hay que esperar el turno, por lo menos yo, estoy convencido que llegará el mío.
Cuando escuché las equilibradas razones de este ciudadano de Tulum, me puse a pensar, que hay gente que sigue apostándole al cambio. Que no han caído en la desesperación que delata, que desenmascara, y que al mismo tiempo nos muestra de cuerpo entero a los que se subieron al «barco» con la intención de pescar lo que se pueda. Si no se muestra convicción en los ideales del cambio, es farsa.
Por esa y muchas razones más, se debe aligerar la carga del actual líder, dejando de hacer presión innecesaria, para ser tomado en cuenta para los cargos que aún quedan. Aunque siempre habrá voces externas gritando inconformidades, en este caso es muy comprensible. El grito es para tratar de espantar y pepenar un mendrugo (el filete, se acabó). Lo que no es comprensible, escuchar gritos de los que son de casa, los que de alguna manera son gentes del gobernador y que con toda seguridad les harán un espacio en el equipo. Así que, joaquinistas de todo Quintana Roo, el turno pa´ la chamba les ha de llegar; no es bueno que a las primeras de cambio, quiera «tirar el arpa», mostrando el lado flaco del proyecto, «falta de convicción». La función está empezando…
La frase: Para lograr grandes cosas, no sólo debemos actuar, sino también soñar; no solo planear, sino también creer…Anatole France.