LA DIOSA IXCHEL. El Castillo
INICIO ENTRE CLAROSCUROS
Prácticamente son sólo dos semanas las faltantes para el arribo de nuevos personajes a la función pública. La renovación de dos de los Tres Poderes sobre los cuales se sustenta el sistema gubernamental, incluyendo en esta etapa el respaldo al federalismo, con la llegada de cabildos surgidos del proceso del 5 de junio pasado, no deja de despertar diferentes expectativas con la ya muy experimentada fórmula de una probable desilusión. Se habló en incontables ocasiones de la necesidad de un cambio y ese fue uno de los argumentos más utilizados para promover un voto contrario al del partido durante décadas instalado en el poder. Sin embargo vale la pena, aún y cuando sea tarde, empezar a reflexionar, no se ha presentado un programa de gobierno con soluciones a corto, mediano y largo plazo. Las condiciones y los problemas existentes en la entidad están de sobra conocidos y denunciados en diferentes foros, a través de voces cuya procedencia marca distintos sectores; lo requerido con urgencia son, advirtieron, soluciones.
No se trata de declaraciones en las cuales se hable de mantener el éxito turístico o de mayores promociones, o de lograr presupuestos con un número de cifras mucho más atractivo, sino de políticas incluyentes, de soluciones, de pronunciamientos claros y firmes sobre las actuaciones llevadas a cabo en el futuro en temas tan importantes como el medio ambiente, el freno a las devastaciones de selva y manglar, revisión de concesiones tanto de agua como de recoja de basura y operación de rellenos sanitarios, reglamentación de promociones como el Todo Incluido, revisión de asuntos legales pendientes, sustentados en denuncias de despojos de terrenos, políticas públicas referentes a educación, salud y vivienda, regulación en el transporte, tanto el de dominio estatal como en el federal, sobre todo con relación a los pagos y contrataciones para poder hacer llegar al destino final las mercancías.
En cada uno de estos renglones existen asuntos para citar ejemplos, están al día, urge una solución y no la declaración de siempre cuando el tema se considera “delicado”: nos apegaremos a la ley, escuchamos decir una y otra vez para ganar tiempo y poder así llegar a “acuerdos”, en los cuales quienes tienen más dinero llevan a cabo sus objetivos y el reclamo social pasa a un último término, sea éste el número que le corresponda en una escala llegada al 100. Visto así, no se trata solamente de buscar los reflectores anunciando como en la célebre fábula “ya viene el lobo”; con relación al manejo económico, existen temas relevantes carentes de una proyección gubernamental presentada por el nuevo gobierno.
Dicen, será en el mensaje a los ciudadanos quintanarroenses citados a la llegada oficial a la gubernatura de Carlos Joaquín, en donde se darán los lineamientos. Sin embargo, nada se sabe del trabajo del “cuarto de guerra”, de la construcción de elementos para una presentación de esta naturaleza en la cual se requiere, si en verdad se trata de imponer un gobierno ciudadano, de la participación de los sectores de la sociedad involucrados de manera directa en cada uno de los problemas. No parece sencilla la reunión, por ejemplo, entre los concesionarios con su documentación en orden y probatoria de una correcta asignación y quienes se quejan de los malos servicios, de los altos cobros, o en su caso, del gran negocio a costa del ingreso proporcionado por el propio Gobierno, como es el caso del manejo final de la basura.
Los números, las cuentas, están asentadas, se revisarán con quienes tienen experiencia en ello. El proyecto de gobierno es tarea inmediata y conjunta cuando se habló de la participación de los ciudadanos y ese requiere de un tratamiento totalmente distinto, en donde sea unidad y no uniformidad la que prive. Si se sigue el ejemplo visto en el terreno legislativo, no aparece un sol brillante en el futuro.