LA DIOSA IXCHEL. El Castillo

 

CURULES AL ACECHO

 

Circula con insistencia el disgusto de los estudiantes universitarios, la decepción provocada por carecer de un diálogo con el gobernador y con los presidentes municipales, una vez entregado el texto de sus respectivos informes. Ya se veían, como si se tratara del Melate, incorporados a un gran foro en donde les plantearían sin ninguna cortapisa, sin guión, sin ningún impedimento para expresarse libremente, todas sus dudas; serían informados de renglones sobre los cuales tienen un claro interés, porque forman parte de su futuro, en el cual estrenarían vestido y camisas de vestir. Todo bonito, como les contaron, porque no lo vieron, sucedió en la charla entre el titular del Ejecutivo federal y jóvenes debidamente seleccionados. A diferencia de ese foro, la elección tendría una metodología pública y no manejada en lo oscurito, esa fue una de las condiciones autoimpuestas por grupos con gran interés de participar. Se sacarían la foto y serviría, como pasa cuando van los niños y los jóvenes a Los Pinos, para presumir su saludo a los mandatarios de su tiempo. Lástima. Lo bueno es que aún no saben cuándo será el del Ejecutivo estatal y los de los alcaldes. El informe está garantizado, así lo marcan las leyes; su entrega también obedecerá a la legalidad. Lo demás no podrá ser cargado de nuevo a la cuenta de las vanidades y dispendios.

 

Pujaron fuertemente legisladores panistas, perredistas y hasta la priista Leslie Hendricks, por la desaparición de la presidencia de la Gran Comisión. Argumentaron su inutilidad y la forma en la cual encontraban protección algunas iniciativas, para quedarse congeladas o retrasarse hasta el momento en el cual el Ejecutivo estatal decidiera se discutieran. Esa disposición de servicio de quien maniobraba hasta con los presupuestos, ya no era bien aceptada. Pero ahora, cuando el nombramiento recayó sobre el líder de los panistas, habrá de observarse la reacción y si ésta irá de acuerdo con las exposiciones de inutilidad anteriores para, de paso, dar respuesta pronta a la denuncia de algunos grupos, sobre la barrera que esa posición representa para llevar a cabo gobiernos de cuentas claras.

 

La composición de la XV Legislatura presentó algunos síntomas de cambios y bien puede decirse están garantizados… aunque tal vez no en el sentido esperado. La llegada, o mejor dicho 24 horas antes, se supo de la existencia de tránsfugas, de detractores de las organizaciones con las cuales obtuvieron las curules. Los de Morena llevaron al delegado José Luis Pech a desligarse de los llamados “acuerdos” de sus diputados con Acción Nacional, haciendo muy puntuales y serios señalamientos. Ya dieron muestras de la disponibilidad con la cual van a trabajar estos legisladores, a quienes les seguirán otros en el terreno de la obediencia, acompañada de prebendas de poder. Por mencionar a los hasta ahora muy vistos, encontramos a Carlos Mario Villanueva y al propio Juan Carlos Pereyra; del Panal dio la cara Padilla, y su lideresa, ante el escándalo provocado, volvió a prometer fidelidad a sus aliados del PRI, sin embargo, otro ocupa la curul.

 

Si algunos consideran la existencia de un vacío de poder en el presente quintanarroense, otros dan por un hecho que veremos total ingobernabilidad dentro de unas cuantas semanas. Argumentan que fueron buenas, magníficas, las promesas hechas durante la campaña por quienes ganaron las elecciones, sólo que ya pasaron suficientes días como para presentar un proyecto de gobierno que permita convertir en realidad lo dicho.

 

Si a lo anterior se le suman las advertencias sobre la escasez de dinero, no se presenta sino un panorama difícil para quien gobierna y para los ciudadanos. Ojalá pronto todo se resuelva en bien. Por último, alguna estrategia existe como para abandonar la presidencia de las comisiones en la legislatura entrante. Así, los errores completitos los asumirán los mismos. Raymundo King estará con la responsabilidad de los límites territoriales, como chetumaleño que es, seguro encontrará cómo hacerse de seguidores para lograr los fines por los cuales se ha peleado durante muchos años.

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