JORGE GONZÁLEZ DURÁN. La Jiribilla

 

 

LA POESÍA DE DANIEL CABRERA PADILLA

 

En la presentación del libro de Daniel, leí estas palabras: La poesía está hecha de palabras pulidas por el viento de la vida, y de sorprendentes luminosidades; de fuego y de juego; de silencio y de sonoridades intemporales, de evocaciones dulces y de salobres oquedades.

Así es la poesía de Daniel Cabrera Padilla, un profesor que enseña y que aprende, que lee y que escribe, que sueña y que tiene los pies en la tierra. En este libro que hoy se presenta, las palabras inventan juegos y caminan y corren, se suben a los árboles y se posan en los tejados. Son poemas que encienden la lumbre de la imaginación para cantar y para avivar sentimientos vivaces con un espíritu didáctico y dialéctico.

Daniel hace de las palabras un amoroso instrumento para conocer el mundo infantil, un mundo poblado de fantasías que el discurrido tiempo no borra del todo. El ser humano inventó las palabras para decir poesía. Es decir, para crear belleza. Para expresar lo inaprehensible. Para plasmar sentimientos que de otra forma no se podrían expresar. Las palabras fueron el instrumento primigenio del ser humano para nombrar a las cosas, y cuando fueron nombradas comenzaron a existir.

La poesía para niños educa y forma, porque nos pone en contacto con palabras y con figuras que nos transportan a emociones leves y nobles. Los niños están hechos de poesía, por eso la entienden y la disfrutan. Los padres y los maestros debemos leer poesía a nuestros hijos y alumnos, porque es una de las formas más duraderas de ayudarlos a conocer la belleza del mundo y la necesidad de cuidarlo, protegerlo y cambiarlo.

La poesía nos enseña el fulgor, la voz noble y el prisma incandescente de la existencia terrenal. El ritmo y la música de la poesía infantil le dan a la vida un sentido lúdico, la vuelven disfrutable. Daniel es un poeta que siempre ha mantenido fidelidad a la palabra. La búsqueda del rigor y la exploración de nuevas formas de expresión literaria, es el signo de una vida en la que conjuga docencia y decencia. Este es un libro que en su sortilegio pinta sueños y crea palabras. Este libro nos lleva de la mano al país de la magia y al mundo donde los sueños se pintan y donde las palabras se crean para creer en un mundo mejor. Este libro nos ayuda a creer que un mundo mejor es posible si los niños leen poesía.

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