PEDRO PABLO ELIZONDO. Mensaje Dominical
“Lo que hemos hecho por nuestros hermanos, es lo que queda”
Mensaje dominical
21º Domingo del Tiempo Ordinario
21 de agosto de 2016
1. Un misterio al final del camino
Queridos hermanos, ésta Palabra de Dios, es dura, es difícil, como que nos da miedo ésta palabra de Jesucristo: “ustedes van a ser echados fuera, el señor los va a rechazar, si hacen el mal”. Es dura, pero es Palabra de Dios y es la verdad. Terminado éste periodo, este lapso de tiempo en la tierra en el que podemos hacer méritos y ganarnos el cielo, podemos perder el tiempo, o podemos confundirnos y no hacer nada digno de la vida eterna “¿serán pocos los que se salven?” Jesucristo no responde, es un misterio, no nos es dado conocer que va a pasar después, que hay después de la muerte, es un misterio por fe lo aceptamos.
2. ¿Qué haremos con nuestro tiempo?
Lo que si sabemos y lo que Jesucristo quiere que no perdamos de vista es que tenemos que aprovechar el tiempo para hacer obras dignas de la vida eterna. Primero no hacer el mal. “Apártense de mi obradores de iniquidad, obradores del mal”. “pero nosotros hemos comido contigo, hemos bebido contigo y tú nos has enseñado en nuestras plazas, ¿por qué nos rechazas?”. No se trata de eso, de comer y de beber, de ir a misa de estar muy fervorosos, de rezar novenas, de emocionarnos al escuchar al predicador: ¡qué bonito predico!, ¡qué bonito retiro!, pero ¿de qué te sirvió?, ¿Qué hiciste?, ¿cambió tu vida?, ¿no cambió tu vida?, ¿sigues haciendo los mismos pecados?, ¿sigues criticando? Te das muchos golpes de pecho y sales de la iglesia y te pones a criticar y a hablar mal de todos y a faltar a la caridad, no tienes amor, ¿qué pasó?, eso es lo que tenemos que saber, que es lo que va a importar al final de nuestra vida.
3. Al final, nuestras obras hablarán por nosotros.
¿Qué es lo que queda? Las obras que hemos hecho: “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba desnudo, me vestiste”; las obras de misericordia. Algunos dirán: Bueno, ¡yo no he hecho nada!, también porque no has hecho nada, no te vamos a dar ningún premio. El que tenía los talentos y los enterró y no hizo nada, tampoco va a recibir el premio de su flojera. ¿Qué hiciste? al final de la vida lo único que queda es lo que hemos hecho por nuestros hermanos, las obras de misericordia: dar de comer, dar de beber, vestir, visitar, consolar al triste, enseñar al que no sabe, dar un buen consejo, rezar, enterrar a los muertos, ayudar a las personas en alguna necesidad, eso es lo único que cuenta al final, y eso es lo que Jesucristo nos está diciendo, que no nos dejemos engañar, no nos despistemos, no nos olvidemos de lo que es esencial y al final es lo único que nos vamos a llevar, lo que hemos hecho por Cristo y por nuestros hermanos, así sea.
Pedro Pablo Elizondo Cárdenas L.C.
Obispo Prelado de Cancún-Chetumal