Premia Dolphin a expertos en Pokémon Go
Por Mario Morales > Quequi
La fiebre de Pokémon Go también contagió a Dolphin Discovery, que llevó a nueve maestros de este revolucionario juego a su delfinario en Isla Mujeres y posteriormente al parque temático El Garrafón, donde los jóvenes ganadores nadaron con delfines, se lanzaron en tirolesas y esnorquelearon entre corales, además de continuar su búsqueda de las míticas criaturas de Nintendo.
Una enorme participación, superior a las expectativas de la cadena de delfinarios, tuvo el concurso realizado en redes sociales entre expertos de Pokémon Go, con 598 interesados en irse de safari a Isla Mujeres, de los que 10 fueron seleccionados, aunque uno no asistió.
Salvador Pérez, Juan Carlos Nahuat, Alexis Pérez, Gustavo Mex, Eduardo Martínez, Viridiana Góngora, Angélica Sanabria, Juan Jaime Valdez y Edgar Velázquez se dieron cita desde temprano para ser llevados en ferry hasta el delfinario, trayecto en el que llegaron a conocerse y compararon su avance en el popular juego.
“Es algo muy innovador, porque realmente te sumerge en el mundo que te presenta, al tener que recorrer físicamente los lugares para buscar criaturas e interactuar con otros equipos, ahí, en carne y hueso”, explicó Salvador Pérez, quien también resultó ser un experto en el “beat box”. “A veces mis amigos me avisan a las 11:00 de la noche que hallaron un gimnasio débil y nos movemos para allá, no hay nada similar”.
Después de la inigualable experiencia que fue el nado con delfines y de convivir una hora en la alberca, todos bromeaban entre sí como grandes amigos. Así, entre risas, fueron trasladados a El Garrafón, para disfrutar de más actividades y después protagonizar un “safari” hacia Punta Sur, en búsqueda de pokemones.
“Sí, hay gente que critica esto, pero creo que está de moda criticar todo”, compartió “Viri” Góngora, quien es asidua a Pokemon Go desde que su lanzamiento y que viajó desde Mérida para tomar parte en esta excursión. “El juego hace que gente cree amistades, que salga a recorrer la ciudad. Mi hermano juega online y tiene amistades, pero no los conoce. Aquí interactuamos en carne y hueso”.
Algunas capturas exitosas después (y una fallida, de un magmar), los jóvenes descubrieron un gimnasio y se enfrascaron en la dura batalla por derrotar al pokemon que la habitaba. Sin embargo, al llegar al finisterra de la isla, los celulares quedaron en segundo plano y todos se limitaron a disfrutar la calma y la belleza de las olas rompientes.
Pero llegó el momento del regreso. Aunque cansados, sobraban las energías y no faltaron quienes bailaron al ritmo de la música en el trayecto de regreso y que hablaran de seguir la diversión en casa de alguno de sus nuevos amigos, unidos por la pasión al mismo juego, pero que resultaron tener muchas otras aristas como seres humanos.