EL BESTIARIO SANTIAGO J. SANTAMARÍA
Fidel, el ‘dios’ Jano, cumple hoy 90 años
En la noche del 31 de julio de 2006, cuando el mundo se enteró de que el comandante de la Revolución Cubana se había enfermado gravemente y renunciado al poder, miles de exiliados e inmigrantes cubanos salieron a las calles de Miami, celebrando la noticia. No se sabe muy bien la razón de esa reacción espontánea, ante un superviviente a seis Papas y 10 presidentes de EU.
Después de todo Fidel seguía vivo, había dejado a su hermano Raúl en el poder y, en ese momento, el sistema político no cambió un ápice. El viejo revolucionario renunciaba al poder voluntariamente, la forma más inesperada y poco revolucionaria… Ha pasado una década y cumple hoy 90 años, preparándose para una nueva transición en la Casa Blanca. Hillary Clinton o Donald Trump sustituirán a Barack Obama, quien abogó por el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estos Unidos y Cuba, después de décadas de broncas que marcaron la denominada “Guerra Fría”, concluida la Segunda Guerra Mundial.
El nonagenario Castro, idealizado y odiado, vitoreado e insultado por los ciudadanos cubanos, evoca al dios Jano de la mitología romana. Es el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año y se le invocaba públicamente el primer día de enero -el 1 de enero de 1959 se proclama el triunfo de la revolución, tras derrocar a Fulgencio Batista-. Ese día el barbado de la Sierra Maestra da un discurso desde el balcón del Ayuntamiento de Santiago de Cuba en el que dijo: Esta vez, por fortuna para Cuba, la revolución llegará de verdad al poder, no será como en 1895, que vinieron los americanos y se hicieron dueños de esto, que intervinieron a última hora y después ni siquiera dejaron entrar a Calixto García, quien había peleado durante 30 años; no lo dejaron entrar en Santiago de Cuba. No será como en el 1933, que cuando el pueblo empezó a creer que una Revolución se estaba haciendo, vino el señor Batista, traicionó la revolución, se apoderó del poder e instauró una dictadura por 11 años. No será como en 1944, año en el que las multitudes se enardecieron creyendo que al fin el pueblo había llegado al poder y los que llegaron al poder fueron los ladrones. Ni ladrones, ni traidores ni intervencionistas; esta vez sí que es la revolución”.
Fidel hace su entrada triunfal en La Habana el 8 de enero, donde dice: La tiranía ha sido derrocada. La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. Engañar al pueblo, despertarle engañosas ilusiones, siempre traería las peores consecuencias, y estimo que al pueblo hay que alertarlo contra el exceso de optimismo. Durante ese discurso, una paloma de las lanzadas por algunas mujeres se posó en su hombro, lo que le otorgó tintes místicos de cara a sus seguidores.
Jano es representado con dos caras, mirando hacia ambos lados de su perfil y no tiene equivalente en la mitología griega, tan leída por quien era conocido en la clandestinidad como “Alejandro”. Alejandro Magno es el mayor de los iconos culturales de la Antigüedad, ensalzado como el más heroico de los grandes conquistadores, un segundo Aquiles o vilipendiado como un tirano megalómano que destruyó la estabilidad creada por los persas.
@SantiGurtubay