Cuento de nunca acabar basureros clandestinos
La mala costumbre que tiene muchas personas, de convertir los lotes baldíos y predios abandonados en basureros clandestinos, no afecta sólo a las áreas periféricas, fraccionamientos y colonias populares de Cancún, sino también a supermanzanas ubicadas en medio de la mancha urbana de esta ciudad, donde particulares e inclusive comercios de sus inmediaciones, hacen de estos sitios auténticos depósitos de desperdicios, con los graves perjuicios que ello implica.
Al ser zonas con alta densidad poblacional, en los que operan negocios de diversos giros comerciales, dichos sitios solitarios y en completo abandono, son los espacios ideales para arrojar los desperdicios que, por sus características o tamaño, los camiones recolectores de basura no suelen llevarse, regularmente.
Escombros de construcción, cajas de cartón, grandes botes de plástico e inclusive muebles y enseres domésticos viejos e inservibles, constituyen la basura que suele ser dejada en estos espacios, regularmente cubiertos con maleza, pero que por encontrarse en zonas de alta concurrencia de gente y vehículos, se encuentran a la vista de todos.
La mencionada situación, se observa en las Suprmanzanas 70, 90 y 100, cuyos vecinos, pese a tratarse de una situación molesta, la ven lastimosamente, como parte del entorno con el que a diario deben toparse.
«Sabemos que este terreno tiene dueño, por que varias veces han venido unos señores a revisarlo y a medirlo, quizá pensando en construir en él, pero al final no hacen nada y el lugar sigue sirviendo de basurero», señaló Luís Román Aké, quien vive en la calle 16 de la Supermanzana 71, frente a un lote abandonado, a donde no solo llegan a depositar basura, sino que también, en ocasiones, suele ser guarida de viciosos e indigentes.
Más que proponer o vislumbrar una solución, considera que los terrenos desatendidos que se convierten en basureros, serán el cuento del nunca acabar.
Por Raimon Rosado>Quequi