Espía en jefe
“En Cisen hacen el mismo trabajo que nosotros; ellos a nivel federal, nosotros al local”, fue como describió su trabajo Isaías Capeline Lizárraga, extinto titular de la dirección de Gobernación, quien se encargaba de monitorear tanto a amigos como a enemigos y quien fuera acusado en múltiples ocasiones de realizar la “guerra sucia” contra políticos, empresarios, comerciantes e incluso policías, por lo que no se descarta que también estuviese relacionado con la delincuencia organizada.
Este oficio lo heredó de su padre, don Isaías Capeline Ramos, quien llegó al territorio de Q. Roo en 1942 y que creó el “servicio secreto”, compuesto de una amplia red de operativos e informantes, muchos de los cuales después emigrarían a la Segob. Integrante de la Policía Estatal Preventiva durante el sexenio del primer gobernador, Jesús Martínez Ross, “Capelo” se ganó la confianza de los políticos y empresarios, a los que les cuidaba sus casas, negocios y familias e incluso les llevaba el periódico todos los días. Era común verlo pasear por la avenida Héroes, con su guayabera, pantalón de casimir y zapatos tipo mocasín, además de su pañuelo rojo con su pistola calibre .38 abastecida.
Su hijo, quien con su metro 85 centímetros destacó como basquetbolista, comenzó a imitarlo y se encargó primero de la Cojudeq, seguidamente, gracias a las recomendaciones de su progenitor, fue dirigente de la Federación del Sindicato de Trabajadores al servicio del Estado (FSTSE).
Allí comenzaron los problemas, pues diversas acusaciones de corrupción y abuso de autoridad hicieron que fuera cesado e incluso encarcelado. Años después, emergería e incluso llegó a ser síndico del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, en el trienio de Diego Rojas.
Aunque de bajo perfil, tuvo un duro enfrentamiento en 2013 con el entonces presidente municipal de Benito Juárez, Julián Ricalde Magaña, después de que detuviera, con sus escoltas armados, dos vehículos de Protección Civil del Ayuntamiento, cargado de despensas. La reacción municipal fue la detención de sus subalternos, aunque se les liberó a los pocos minutos. El edil perredista fue acusado de realizar proselitismo encubierto y él contraatacó tildando a Capeline de “policía político” y anunciando denuncias a nivel federal, aunque el caso ya no avanzó.
A lo largo de sus 64 años, Capeline estuvo casado en tres ocasiones y procreó 12 hijos, tenía 14 nietos y 3 bisnietos. Se sabe que la última vez que se le vio en Chetumal fue cuando hace unos meses inauguró un restaurante de comida rápida en la avenida Maxuxac, de la colonia Solidaridad, con una inversión de 600 mil pesos, en donde estuvo presente el gobernador del estado, Roberto Borge Angulo.
SUS ESCOLTAS
El hoy extinto director de Gobernación había recibido en múltiples ocasiones amenazas de muerte por realizar trabajos de espionaje a partidos políticos, dirigentes, activistas, gente relacionada con el narcotráfico, delincuencia organizada y policías, por lo que en su momento se hizo acompañar por dos excomandantes de la Policía Judicial del Estado, que responden a los nombres de Everardo Castro Colorado y Mario Fernando Lira Manzanero. También se le acusaba de quemar coches de la oposición, entre ellos el de Chucho Pool, conocido “joaquinista”. Por Redacción>Quequi
Lamentan la muerte le su amigo
En sus últimos viajes en vida, Capeline Lizárraga, acostumbraba visitar la isla de Holbox, donde convivía con sus amigos entre ellos, Nain Moguel, Ismael Moguel en la población de Katunilkín, también visitaba al actual secretario del Ayuntamiento, Feliciano Poot Álvarez, al oficial mayor, Manuel Correa Moguel, regidores priistas, entre otros.
Aunque casi no se dejaba ver públicamente sostenía reuniones de “convencimiento”, sobre todo en los procesos electorales. El último trabajo que realizó en Kantunilkín fue con Rodolfo Ramírez May, profesor de primaria, considerado uno de los puntales del gobernador electo con el municipio de Lázaro Cárdenas.
CONSTERNACIÓN
Por otra parte, el dirigente juvenil Raúl Ek, organizador de las giras del bienestar, lamentó el hecho ocurrido, donde perdiera la vida, Isaías Capeline y su escolta, “Es lamentable esos sucesos que nos causa indignación, sobre todo en estos meses, en la que casi concluye la administración gubernamental.
Por su parte, el oficial mayor, Manuel Correa oriundo de Holbox dijo que muchos de sus amigos de la isla, están sorprendidos con lo ocurrido en Cancún, por lo que consideró necesario que se haga justicia en un caso como éste, que incluso sorprende a nivel estatal. Por Daniel Chaich>Quequi