CARLOS CÉSAR GONZÁLEZ. Misión Evangélica

 

¡QUE TENGAS UN DÍA BENDECIDO!

Dicen que al que madruga Dios le ayuda; pero en la madrugada está todo cerrado y por estar aún oscuro, puedes perder algunas cosas de valor sin darte cuenta. Es común ahora, cuando las personas se levantan muy temprano para ir a correr en los campos y por descuido se les cae su amado celular con el que pasan las 24 horas del día y viene a ser vital para ellos. (Pregúntenmelo a mí). Al amanecer, salido el sol, algún dormilón que no madrugó, se encuentra el celular perdido del que madrugó y exclama ¡Que bendición de Dios! ¡Hoy he tenido un bendecido día!

Son tantas las veces que he escuchado a personas que se expresan de haber tenido un bendecido día, por encontrarse algo de valor que algún despistado perdió. He visto sus rostros iluminarse de alegría y gratitud a Dios, porque según ellos, Dios se los dio. ¿Será así? A la vez, me imagino la preocupación, tristeza y llanto de la persona que extravió las cosas. ¿Sería para ellas un maldecido día?

El día que Dios nos regala y que para muchos ya es tan cotidiano y común que les parece absurdo agradecer a Dios, ya es un bendecido día; un regalo de Dios. Somos nosotros los que en el trajín de la vida, lo hacemos complicado o placentero. Dios nos diferenció de los animales al darnos el razonamiento, la capacidad de pensar bien para hacer las cosas y a los animales el instinto; se da el caso en que hay personas animalizadas que prefieren usar solamente el instinto el cual es el impulso de carácter hereditario cuya dirección se encamina al fin de satisfacer una necesidad y también a los medios para alcanzarlo.

A mi juicio, tener un nuevo día, es tener ya una gran bendición de Dios. Ser asertivos en la toma de decisiones durante el día, y tener la capacidad de resolver problemas en tiempo y forma que ayuden de manera generosa, justa y correcta en cuanto al reino de Dios se requiere tener claro la voluntad divina y la participación definida en el objetivo como persona humana. Ser buen padre es más que ser permisivo; ser buen esposo es más que cumplir con los recursos monetarios para la manutención; ser buen trabajador, es más que cumplir un jornal de más de 8 horas; etcétera.

No culpemos a Dios o al diablo de errores nuestros, ni atribuyamos a Dios la desgracia de aquél que tiró su cartera y el que se lo encontró pese a que dentro traía identificación, creyó que Dios se la estaba dando para solucionar sus problemas económicos. Los seres humanos, debemos entender que la gracia de Dios está en esa capacidad que nos fue dada para pensar como aportar para nuestro desarrollo personal, el de nuestra familia y el de la comunidad de la cual formamos parte.

La bendición de Dios no está en la buena suerte, en el esoterismo, la magia, la brujería; no llega a nosotros por repetir concentradamente ciertas palabras positivas o declarativas.

Por estas regiones he visto muchas tienditas que tienen el nombre de “La bendición de Dios” son personas que venden kilos de 800 gramos, que venden licor, tabaco y no sé cuántas cosas más que perjudican la salud y dañan a la familia. ¿Puede acaso una persona llamar bendición de Dios al dinero que gano de manera ilícita?

Dios nos ayude para entender que la bendición de Dios viene al momento de comprender su reino y su perfecto propósito en nosotros y en su mundo, el mundo de Dios.

 

Si obedeces completamente la voz del Señor tu Dios al seguir fielmente todos sus mandamientos que te mando hoy, entonces el Señor tu Dios te hará la nación más importante de todas. Gozarás de todas estas bendiciones si obedeces la voz del Señor tu Dios: “Serás bendito en la ciudad y serás bendito en el campo. Te bendecirá con muchos hijos, y bendecirá tus campos con buenas cosechas. Las crías de tus animales serán benditas y tus terneros y corderos serán benditos. Tu canasta y tu tazón de amasar serán benditos. Serás bendito en todo tiempo y en toda actividad. Deuteronomio (28:1-6)

Bendecido día amigos y hermanos del camino,

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