Policías recuperan unidad deportiva en Dziuché y crean un nuevo andador para la comunidad

JMM.- La Unidad Deportiva de Dziuché, una de las pocas áreas recreativas de esta alcaldía, luce diferente.

Por iniciativa de los propios elementos de la policía local, el sitio fue limpiado y habilitado para el uso comunitario, luego de pasar varios años en abandono y convertirse en un espacio lleno de maleza y basura.


El comandante Luis Rodolfo Navarrete Escamilla, responsable del grupo policiaco en Dziuché, relató que la intervención surgió sin un evento oficial de por medio: simplemente, durante sus días libres, decidieron organizarse para limpiar la zona.

“Estaba enmontado, había mucha basura. Pensamos que podíamos hacer algo por la gente que viene a caminar o a jugar fútbol, así que lo limpiamos entre todos”, explicó.


El resultado fue un andador de aproximadamente 200 metros que puede ser utilizado para caminar, correr o andar en bicicleta. El espacio, aunque modesto, ha empezado a recibir visitas de vecinos que buscan ejercitarse en un entorno más seguro y accesible.


La recuperación fue coordinada con el director de Seguridad Pública del municipio, Vicente Humberto Pech Zapata, quien describió el diseño del circuito como “una serpiente”, con subidas y bajadas pensadas para ofrecer variedad en el ejercicio. “Se nos ocurrió trazarlo así porque también sirve como un pequeño reto físico”, señaló. También mencionó que una de las motivaciones fue reducir el riesgo para quienes acostumbraban salir a caminar por la carretera, donde ya se han registrado incidentes con animales silvestres como lagartos.


Actualmente, el espacio aún carece de bardas perimetrales y otras condiciones mínimas, pero el ambiente ha cambiado. De ser un terreno abandonado, pasó a convertirse en una pista funcional y limpia que hoy es utilizada tanto por los vecinos como por los propios policías durante sus rutinas físicas.


Más allá de la obra física, la recuperación del espacio envía un mensaje claro: cuando hay voluntad, incluso una pequeña comunidad como Dziuché puede empezar a transformar sus espacios públicos desde abajo, sin necesidad de grandes presupuestos ni actos protocolarios

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