María Selene: La madre soltera que desafía los límites de la construcción

JMM.- En un mundo donde los estereotipos aún pesan, María Selene ha aprendido a cargar no solo sacos de mezcla y ladrillos, sino también el peso de la responsabilidad y el amor inquebrantable por su hijo. Con tan solo seis años, el pequeño es su mayor motor, la razón por la que cada día se levanta antes del amanecer y enfrenta el trabajo duro en la albañilería.


«Muchos dicen que las mujeres no pueden hacer trabajos de hombres», comenta María con una sonrisa cansada pero firme. «Yo mezclo, cargo, levanto… Hago lo que haya que hacer». Desde hace siete años, esta madre soltera ha encontrado en la construcción un sustento, un camino para salir adelante en medio de las dificultades económicas.


Cuando la gente la ve con sus herramientas en mano, las reacciones son diversas. «Algunos se sorprenden, otros me aplauden… No cualquier mujer se animaría a hacer esto», dice con orgullo. Y es cierto. Son pocas las mujeres que se dedican a la albañilería, pero María no se ha dejado intimidar. «Es un trabajo pesado, sí, pero no imposible», afirma.


Cada mezcla preparada, cada pared levantada es un paso más hacia un futuro mejor. Su mayor sueño es concluir el tratamiento médico de su hijo, un proceso largo y costoso que apenas ha recorrido 60 de los 146 kilómetros que simbolizan su meta. «Me falta mucho, pero no me rajo», dice con firmeza.


Mientras el sol cae sobre la obra, María sigue trabajando, con las manos cubiertas de cemento y el corazón lleno de esperanza. Porque más allá de los escombros y el polvo, ella está construyendo algo más grande: el futuro de su hijo y el ejemplo de que una mujer puede con todo, si el amor y la determinación la guían.

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