El Porfiriato, periodo de paradojas al país que desencadenó en la Revolución

Cancún, 21 de noviembre.- El historiador Jonathan Chávez ofreció un análisis sobre las principales causas económicas y sociales que llevaron al estallido de la Revolución Mexicana, enmarcadas en el contexto del Porfiriato, un periodo de profundas paradojas para el país.


Tras la independencia de México en 1821, el país enfrentó 60 años de inestabilidad política, invasiones extranjeras y pérdidas territoriales significativas, reduciendo su extensión a menos de la mitad. A pesar de los intentos de consolidación estatal durante el siglo XIX, no fue hasta la llegada de Porfirio Díaz al poder que México experimentó una relativa estabilidad política y un auge económico significativo.


“El último tercio del siglo XIX, bajo el gobierno de Díaz, se conoce como la ‘Paz Porfiriana’, un periodo caracterizado por un gran desarrollo económico y avances en infraestructura, pero también por profundas desigualdades sociales y represión de las clases trabajadoras”, señaló el historiador en entrevista con Radio Fórmula.


Durante el Porfiriato, México se posicionó como líder en comunicaciones en América Latina, con la construcción de redes ferroviarias que conectaban los principales centros económicos. Las inversiones extranjeras británicas, alemanas y estadounidenses impulsaron la minería, las telecomunicaciones y la explotación de recursos naturales. Sin embargo, este desarrollo favoreció principalmente a las élites económicas y extranjeras.


“La mayoría de la población trabajaba en condiciones precarias en haciendas y fábricas, atrapada en sistemas de deudas y tiendas de raya. Mientras las oligarquías se enriquecían, los campesinos y obreros sufrían una explotación sistemática”, explicó Chávez.


El historiador resaltó que Díaz buscó proyectar a México como un país moderno y estable ante el mundo, lo que atrajo inversiones extranjeras masivas. Sin embargo, esta dependencia económica tuvo consecuencias negativas.


“Las empresas extranjeras no rendían cuentas al gobierno y controlaban recursos clave, lo que las convirtió en factores de poder dentro del país. Esto limitaba la capacidad del gobierno para intervenir en conflictos laborales, como las huelgas en el norte”, apuntó.


A pesar de la estabilidad económica superficial, las desigualdades y la represión generaron un caldo de cultivo para la Revolución Mexicana. Chávez señaló que, mientras el país celebraba el centenario de su independencia en 1910 mostrando su progreso, las tensiones sociales, el autoritarismo y la falta de oportunidades para la mayoría evidenciaron un sistema insostenible.


“La Revolución no solo fue un levantamiento contra un gobierno autoritario, sino también contra un sistema económico que excluía a las masas y que estaba controlado en gran medida por intereses extranjeros”, concluyó.


Este análisis resalta cómo las decisiones políticas y económicas del Porfiriato sentaron las bases para uno de los movimientos sociales más importantes en la historia de México.

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