Preside el Papa un solemne rito
Hizo hincapié en el dolor que aflige al mundo actual, sobre todo por la guerra.
Vaticano
Por Agencias
El Viernes Santo fue marcado por un solemne rito presidido por el Papa Francisco en la majestuosa Basílica de San Pedro. En un ambiente de profundo recogimiento, el Sumo Pontífice, acompañado de fieles y prelados, conmemoró la Pasión de Cristo, haciendo especial hincapié en el dolor que aflige al mundo contemporáneo: la guerra, la inmigración y la violencia contra las mujeres.
Ataviado con los paramentos rojos simbólicos de esta jornada y en su silla de ruedas debido a sus problemas de movilidad, el Papa ingresó al templo sin el anillo papal, gesto tradicional de duelo en esta fecha.
En medio de un silencio reverencial, Francisco oró ante el Altar de la Confesión, ubicado sobre la tumba de San Pedro, mientras un crucifijo, velado por una tela púrpura, presidía la ceremonia. La Liturgia del Viernes Santo, que conmemora el sacrificio de Cristo, se caracteriza por la ausencia de la misa, aunque se dispensa la comunión.
Tres diáconos entonaron los pasajes de la Pasión según San Juan, desde la detención de Jesús hasta su crucifixión y sepultura. Luego, el cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, ofreció una reflexión sobre el poder del perdón de Jesús, instando a una humilde reflexión sobre el verdadero significado del poder y la grandeza.
Dirigiendo su mensaje a los presentes y al mundo en general, Cantalamessa destacó la continua relevancia del mensaje de Jesús para los marginados y los oprimidos, incluyendo a los ancianos, los enfermos y las víctimas de la violencia.
Por la noche, el Papa Francisco presidió el tradicional Vía Crucis en el Coliseo Romano, donde compartió meditaciones escritas por él mismo, reflejando sobre un mundo afectado por la guerra, la violencia de género y la injusticia.
DATO
El rito contó con la presencia de miles de fieles en la Basílica de San Pedro, así como con numerosos prelados de la Curia Romana y obispos.