
Misión Evangélica: Corazón Partido
Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación. Salmo 25:5.
Sin duda alguna todos hemos estado en ciertas situaciones en las que cuesta tomar una sabia decisión. Es así como tenemos partido nuestro corazón y no sabemos qué hacer.
En ambos casos tenemos un deber y una responsabilidad. Estas situaciones no son aquellas como «si compro las manzanas rojas o amarillas, si llevo dos kilos de aguacates o tres; más bien son aquellas en las que, sea cual sea la decisión, nos causará y causaremos daño.
Tales situaciones oscurecen nuestra mente, nos afligen, desesperan y nos preguntamos ¿Qué debo de hacer?
Bueno, si en esta situación hemos de lastimar y causar daño, debemos decidir por lo que cause el menor daño y que tenga la menor de las repercusiones.
En un naufragio, los niños y las mujeres son los primeros que reciben la ayuda. En trasplantes de órganos son los niños y jóvenes los que tienen preferencia; por la edad, algunos ya no son candidatos.
Estos deberes y obligaciones pueden clasificarse así:
_ Deber u obligación ciudadana.
_Deber u obligación moral.
_Deber u obligación ética.
_Deber u obligación humana.
_Deber u obligación religiosa.
_Deber u obligación de grupo.
Etc. Pueden haber otros más.
Se llama «Ética de situación» y se entiende que la persona ha pedido a Dios sabiduría, ha analizado y pensado que es lo mejor para hacer, y decidir, sabe que siempre hay consecuencias en la toma de decisiones y que no todos lo aprobarán y entenderán.
Hoy tomé café con el primo Diógenes. Le pregunté cómo se había contagiado de sida.
_Yo quería casarme y llevar una relación formal y tradicional. Mi novia no quiso. Yo le di el ultimátum: «Decídete antes que me decida». Y mira, por no decidirse, me dio Sida_.
Mi primo, aun así, hace sus bromas.
La indecisión también es una decisión.
Saludos amigos y hermanos caminantes del camino llamado vida.
Carlos César González Cruz.