Unión Nacional de Padres de Familia se opone a los libros de texto… desde 1959

La coyuntura electoral facilita el resurgimiento de esta organización controlada por El Yunque, que ha liderado “rebeliones” contra los libros en los sexenios de López Mateos, Echeverría, Fox y Calderón, plantea Bernardo Barranco.

Ciudad de México. La embestida contra los nuevos libros de texto le permite a la derecha mexicana movilizar a sus bases más radicales. “Las circunstancias le permiten a la Iglesia católica politizar este hecho en un contexto favorable y legitimar algunas posturas absurdas, como esto de quemar los libros, de arrancarles páginas o encapsularlos”, plantea Bernardo Barranco.

En entrevista el especialista en agrupaciones religiosas explica que “lo que estamos viendo es la continuidad de un esquema de lucha que se conjuga con la dinámica de la lucha por la presidencia”.

Desde hace un par de años, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) explicaba su rechazo a los nuevos libros de texto “por el riesgo de una manipulación ideológica de la historia, de un adoctrinamiento de nuestros hijos”, sostuvo en un artículo de 2021 su penúltimo presidente, Leonardo García Camarena.

Su incomodidad, sin embargo, no es exclusiva con la visión del gobierno obradorista, sino que es parte de una oposición sistemática a los proyectos educativos del Estado mexicano posrevolucionario desde que, en la Constitución de 1917, se estableció el artículo 3º que le da a la educación un carácter laico.

Tampoco son solo los nuevos títulos de la SEP los que le parecen inaceptables, sino en general los libros de texto gratuitos, contra los que ha hecho campañas desde su primera introducción por el entonces presidente Adolfo López Mateos, en 1959.

La UNPF, que insiste en denunciar lo que llama “ideologización” de los libros de texto, formar parte de “la expresión más radical del catolicismo en México, junto a grupos de ultraderecha como El Yunque, los tecos, el MURO y asociaciones religiosas muy conservadoras como los lasallistas”, que ven “en la guerra cristera una especie de alma mater, como una escuela política”, explica el experto en catolicismo contemporáneo Bernardo Barranco.

Es una corriente “que pugna por una sociedad teocrática donde dios regrese a ser el centro de la cultura como lo fue en la Edad Media y en el México colonial, que instaure los principios cristianos en la conducción política del país”, continúa Barranco. Para ellos, la disputa ideológica por la educación es clave porque creen que la sociedad debe estar “articulada en torno a tres ejes fundamentales: la familia, la Iglesia y la escuela”.

Tan extremas son las posturas de la UNPF que ni siquiera se salvó de sus dardos el panista católico Felipe Calderón, a cuyo titular de la SEP, Alonso Lujambio, la Unión le dirigió en 2009 una carta abierta con duras críticas, denunciando que el propósito de los libros de texto gratuitos era respaldar “la orientación ideológica de acuerdo con la tendencia del gobierno en su momento”.

Información: Milenio.

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