
Destapan extorsiones en el INM; suben a migrantes a camioneta y les piden 100 dólares para bajarlos
México se interpone en su camino para llegar a Estados Unidos. Por nuestro país cruzan centroamericanos, dominicanos, venezolanos, colombianos, y de zonas árabes o africanas, entre otros orígenes. Los migrantes buscan llegar al sueño americano de la manera más segura posible, algunos optan por solicitar un permiso a las instituciones migratorias mexicanas y otros, simplemente, desconocen esta posibilidad.
Pero en la nación cuyo presidente se ufana de haber desterrado la corrupción, los sobornos para avanzar en su odisea pasan de mano en un modus operandi aceitado. A unos les piden mil pesos o mil 200 dólares por dejarlos salir de la estación migratoria, sin embargo, a los que se rehúsan a pagar y recurren a un amparo, al momento de salir, los suben a una camioneta y nos les permiten bajar hasta que den 100 dólares.
Migrantes acusan a funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) en la Ciudad de México de extorsión, de acuerdo con testimonios obtenidos por EMEEQUIS. Todos los nombres de migrantes y abogados mencionados en este reportaje fueron cambiados para evitar represalias.
Eduardo fue interceptado por el INM en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Lo llevaron a Las Agujas, ahí contrató un abogado que logró su liberación, pero el INM no lo dejó salir después de presentar la debida documentación.
A él lo subieron a una camioneta, junto con un grupo de migrantes que también se negaron a pagar el soborno, y les pidieron 100 dólares para bajarlos.
“A mí y a otros compañeros más nos subieron a la camioneta (…) primero nos hicieron formar. Estaban otros chicos de República Dominicana, los hicieron entrar primero. A nosotros nos dejaron atrás y ya nos hicieron subir”, explica Eduardo. Fue alrededor de las 22:00 horas cuando la camioneta cargada de migrantes salió de la estación migratoria rumbo a la avenida Tláhuac.
La retención ilegal de la que fue víctima Eduardo se dio después de que él y sus compañeros se negaran a dar la misma cantidad en la estación para poder salir. El día de su liberación, les solicitaron 100 dólares, sin embargo, él y sus connacionales decidieron no darlos. Ellos estaban dispuestos a dar una cantidad menor e intentaron negociar pero no lograron nada. Los agentes no aceptaron los 20 dólares que ofrecía cada migrante, así que los subieron a una camioneta del INM.
“Yo tenía entendido que solo nos iban a soltar por ahí cerca, pero nos llevaron lejos y nosotros no sabíamos hasta donde nos iban a bajar”, relata Eduardo, y agrega: “Venían insistiendo en que les demos el incentivo económico”.
Después de que Eduardo y sus compañeros se negaron a dar el dinero solicitado fueron bajados cerca del Metro Taxqueña, lugar donde su defensor legal les dio alcance.
Su abogado explica que esta no es la primera vez que él o algunos de sus compañeros de oficio tienen que perseguir a las camionetas de la estación migratoria porque se llevan a los migrantes. Esta práctica se ha vuelto recurrente.
Laura, una de las abogadas de migración, expresa que una de las intenciones al dejarlos en las afueras de la Ciudad de México, es que los retenidos violen lo establecido por el juez que les concedió la libertad y tener una excusa para volverlos a detener.
“NO FUERON CAPACES DE ABRIR UNA REJA
Los abusos en contra de migrantes son cada vez más frecuentes. El lunes 27 de marzo por la noche, la situación se convirtió en tragedia, al desatarse un incendio en una estancia migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua. Con el paso de los días se supo, a través de un video, que estaban encerrados y fueron abandonados a su suerte por el personal de vigilancia. Hasta el momento hay 39 personas muertas como resultado del percance y las exigencias de justicia tienen rodeado al gobierno de López Obrador. Será la Fiscalía General de la República la que determine quiénes fueron culpables, mientras tanto, la titular de seguridad del gobierno federal, Rosa Icela Rodríguez, mencionaba el miércoles 29 en conferencia: “No fueron capaces de abrir una reja. Es algo que estará en las investigaciones, como dijo la fiscal. ¿Quién no permitió la salida de estas personas? Claro que, evidentemente, hay un delito grave”.
IR A FIRMAR CADA MIÉRCOLES
El edificio de Las Agujas se destaca por su aspecto fortificado, pintado con los colores institucionales. Sobre la pared hay un enrejado y la parte superior se encuentra rodeada de alambre de púas. Desde fuera se pueden observar varias cámaras en los alrededores de la estación, así como dos torres de vigilancia, cada una de ellas ocupada por al menos un oficial armado, que camina continuamente vigilando el interior de la fortaleza.
Cuenta con una sola entrada, que también funciona como salida. Este edificio pertenece al Instituto Nacional de Migración (INM) y se trata de la Estación Migratoria ubicada en la colonia Las Agujas, de Iztapalapa.
Hay al menos tres policías que custodian la puerta de acceso, los uniformados se separan de los abogados por una puerta de barrotes. Esta área suele estar concurrida por representantes legales que reciben instrucciones por parte del Instituto, vienen a entregar las resoluciones del juez o de visita, a ver a sus clientes. Cuando el portón se abre para que una camioneta ingrese, no se ve a nadie en el patio más que a policías y agentes migrantes, aunque los retenidos explican que si los dejan estar ahí.
De acuerdo con el INM, las estaciones migratorias no son una cárcel y los ingresados no están detenidos, sin embargo, a su ingreso se les retienen pertenencias como identificaciones, celulares, dinero, agujetas y cinturones. Tienen prohibido salir de la Ciudad de México y una vez fuera de la estación migratoria, tienen que presentarse una vez a la semana para firmar.
Eduardo, después de haber sido retenido por la propia estación migratoria, tendrá que visitarlos cada miércoles para firmar, debe tener cuidado de donde se hospeda pues el INM suele hacer redadas en los hoteles y podrían volver a meterlo a la estación migratoria. Él aún no ha decidido si seguirá asistiendo a firmar o si retomará su camino hacia el norte, pues tampoco confía en las autoridades mexicanas.
Este miércoles salió Brayan, él debió dejar la Estación Migratoria el 20 de marzo, pero fue día festivo y no le permitieron su salida. En la espalda lleva su mochila y nada más, toma rumbo hacia la avenida Tláhuac, en el camino se detiene por un cigarro y a ponerle las agujetas a sus tenis. Va de regreso a su país, después de haber sido detenido en Sinaloa.
Mientras ataba sus agujetas, en entrevista para EMEEQUIS, cuenta que a él no le pidieron dinero, porque saben que no lleva, pero “a un colombiano ayer le quitaron mil 200 dólares para que lo soltaran y lo soltaron ahí mismo, pero eso depende de la persona. Te investigan, si tienes dinero, si no tienes dinero”.
No hay una tarifa establecida, dependiendo de las condiciones del migrante es el dinero que le solicitan. Samantha también vio como unos de sus compañeros daban 700 dólares para poder salir de ahí.
Héctor salió hace unas semanas. Al hablar para EMEEQUIS, comentó que, pese a que ya se había solicitado un amparo y el juez solicitó la salida de él y sus dos primos en las próximas 24 horas, tuvieron que dar mil pesos cada uno para que los dejaran salir.
Juan, abogado migratorio, menciona que la extorsión es una actividad común en estos centros, uno de sus clientes en la Subestación Migratoria de Huatulco desembolsó mil dólares para que le permitieran salir, “teniendo ya todo en regla”, pero indicó que podrían solicitar más dinero. Además, mencionó que en el punto de retención migrante en Iztapalapa “no obedecen a los jueces y esa situación es muy rara”.
DETENCIONES INJUSTIFICADAS
Héctor, proveniente de República Dominicana, ingresó a la Estación Migratoria conocida como Las Agujas junto con dos primos el día 13 de marzo. Debido a que agentes migratorios los detuvieron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México sin dar razón. “Solamente nos pidieron el pasaporte, después nos pidieron los celulares” y los dejaron incomunicados, igual que a Eduardo.
Los tres dominicanos se registraron dentro de los programas estadounidenses para centroamericanos (aunque su país es del Caribe), resultando candidatos a recibir asilo político en el país, por lo que se dirigían a la frontera norte. Decidieron cruzar territorio mexicano de manera legal y sacaron un permiso en la Estación Migratoria de Tapachula, Chiapas. El permiso otorgado por el INM les permite cruzar territorio mexicano hasta llegar a la frontera con Estados Unidos. “Ya teníamos permiso, fuimos a migración de Tapachula a buscar permiso para poder volar a la frontera”, explica Héctor.
Durante su detención, Héctor mostró sus documentos a los agentes de migración, sin embargo, el documento expedido por el propio INM no evitó que los cambiaran de terminal y los metieran en un “cuarto pequeño”. Él y sus primos compartieron el espacio con más migrantes, “duramos alrededor de dos horas. Después de ahí, de nuevo, nos montaron en la camioneta de migración y nos llevaron para Las Agujas” declaró el dominicano.
Fernanda Rivero, directora de comunicación en la fundación Sin Fronteras, menciona, en entrevista para EMEEQUIS, que las personas que son llevadas a estos espacios, que son sumamente reducidos, pueden permanecer dentro del aeropuerto hasta 21 días: hombres, mujeres, niños y niñas.
NO ESTÁS PRESO, PERO TE TRATAN COMO SI LO ESTUVIERAS
Para Héctor, el encontrarse en la estación migratoria fue como estar “prácticamente preso”. Cuando él y sus primos ingresaron les quitaron pertenencias incluyendo el cinturón y las agujetas de los zapatos. a los tres les dieron una papeleta donde debían registrar datos personales y cuáles eran las pertenencias retenidas. “Es como una papeleta con todo lo que llevamos: celular, dinero y mochila”, dijo.
Su registro ocurrió sin que entendieran cuál era la razón por la que estaban detenidos, “no había ningún delito”, expresa.
Héctor cuenta que, al estar dentro de Las Agujas, antes del decomiso, él y sus primos mostraron que eran candidatos para ser refugiados en Estados Unidos. “Ellos, cuando lo vieron, buscaron el sistema, vieron que nosotros aparecíamos en la aplicación verdaderamente registrados. Ellos se sorprendieron y dijeron ‘órale, wey ellos sí aparecen»‘, cuenta.
Héctor cuestionó, por qué si aparecían dentro de la aplicación, y llevaban un permiso firmado por las autoridades de Tapachula, estaban siendo detenidos. “Yo le pregunté (a las autoridades de migración). ¿Por qué nos tienen si aparecemos registrados? se quedaron calladas”.
LA FALTA DE COMUNICACIÓN COMO UN PROBLEMA
Dentro de la estación, Héctor y sus primos estuvieron sin comunicación por cinco días. Sus familiares no sabían nada de ellos hasta que se les otorgó una llamada. “No teníamos comunicación con nadie, nos trataron como presos. Nos permitían hacer una llamada cada cinco días. Yo logré llamar”, se comunicó con su tía, quien habló con un amigo mexicano “él empezó el proceso de investigación con nosotros y el proceso del abogado” relata.
Sandra Elizabeth Álvarez Orozco, directora de Sin fronteras, en entrevista con EMEEQUIS, expresa que realmente ellos no debieron de mantenerse incomunicados.
“Hay un manual de acceso y de operaciones en estaciones migratorias que expidió el Instituto Nacional de Migración. En teoría no se les debe quitar el acceso a la comunicación”, declaró.
“En teoría, tienen derecho a una llamada diaria, pero en la práctica es muy distinto. Solamente las personas que tienen acceso a las tarjetas telefónicas o bien si le pagan cierta cantidad a las personas de seguridad privada que se encuentran en la estación migratoria”, menciona Álvarez Orozco, quien agrega que, para obtener la posibilidad de llamar, los migrantes recurren a “dan unas ciertas dádivas, alguna multa o les pagan cierta cantidad a los operadores”.
Héctor menciona que hay dos tipos de llamadas dentro de la Estación Migratoria: la que es proporcionada por el INM y “que es cada cinco días y otra, y tienes que pagar si quieres y que vale 10 pesos “.
El abogado de Héctor expresa que “prácticamente el problema es estar incomunicados ahí dentro. Les informan puras mentiras, les dicen que ya los van a liberar e inclusive ayer me dijo el extranjero, que le dijeron que por haberse amparado los iban a retener más tiempo”.
Samantha pasó por lo mismo, ella menciona que una llamada le costó diez pesos y que la llamada gratuita aparte de ser cada cinco días “solo dan dos minutos, prácticamente no podíamos hablar mucho” a eso, se suma el hecho de que los propios agentes de migración les cortaban la llamada o marcaban mal los números.
Brayan no logró comunicarse con nadie mientras estuvo dentro. Ahora que salió busca llamar a su familia. Ha recorrido varias tiendas solicitando una recarga, pero nadie tiene el servicio. Sólo hasta llegar a Tláhuac y Periférico es como consigue saldo para su celular; quiere avisarle a su mamá que está bien.
MIL PESOS EN UN SOBRE AMARILLO Y LA VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS
Después de estar 13 días en la estación migratoria, y de que su abogado metiera un amparo, que no fue respetado en cuanto a tiempos, los dominicanos fueron amedrentados por los trabajadores de la Estación Migratoria, les dijeron que, por ampararse, tardarían más en salir.
El abogado solicitó la salida de los detenidos en las próximas 24 horas después de haber sido presentado el amparo, sin embargo, su egreso se dio siete días después de lo ordenado por el juez. El abogado mencionó que el mismo día que solicitó el amparo para sus clientes, se lo concedieron, pero no dejaron en libertad a sus clientes, así que “nosotros metimos un incidente a los tres días siguientes que no cumplieron con la orden del juez y el mismo juez manda a la actuaría a notificar y les valió”, declara.
Como no hicieron caso de las órdenes del juez, éste solicitó una explicación y, de acuerdo con el abogado de Héctor, “ellos le contestan al juez diciendo que, pues, en ningún momento los privaron de su libertad, que ese lugar no es un centro de detención o de, ya sabes, dan a entender que no es una cárcel bueno, pero ellos estuvieron en una celda”.
Esto no es lo único en que las autoridades no acatan los tiempos marcados por ley. Juan, quien también lleva casos de migrantes, mencionó que el principal problema con la estación migrante es que “estos migrantes solicitan un amparo en el cual algunos jueces dan la suspensión de oficio, pero al cumplir sus requisitos empiezan las autoridades migratorias a poner trabas”, agregó que “definitivamente no hay respeto a (los) derechos humanos” de los migrantes.
A los 13 días, y después de que el abogado continuara con el proceso, los agentes de migración le notificaron a Héctor y a sus primos que iban de salida, pero para que ocurriera de manera inmediata, debían dar mil pesos.
“Un señor allá adentro nos dijo ‘ya están en libertad, para sacarlos de aquí, les voy a cobrar mil pesos’. No sé el nombre del señor, pero (sé) que es uno de migración”. Para entregar el dinero “nos meten en las pertenencias un sobre amarillo y el mismo que nos las entrega y ahí mismo lo dice, eh, tú sabes lo que acordamos”, explica. Héctor y sus primos buscaron dentro de sus pertenencias el dinero que llevaban, lo ingresaron al sobre y lo entregaron.
Los nombres de aquellos que solicitan el dinero, no se pueden saber, porque los agentes de migración, al igual que todo el personal que trabaja dentro de Las Agujas, no portan identificación, explica uno de los abogados que esperaba visitar a su cliente; “¡eso es ilegal!”, agrega.
LOS VENEZOLANOS NO PAGAMOS, PORQUE SE SABE QUE NO HAY DINERO
Brayan no tenía dinero suficiente para pagar su salida ni familiares a quienes pedirles una transferencia; “a uno venezolano no le piden ningún tipo de pago ni nada porque se sabe que la economía está muy mala”, detalla.
Él fue testigo de cómo un colombiano pagó, para que lo dejaran ir, mil 200 dólares. “Eso depende de la persona, te investigan para saber si tienes dinero o si no tienes dinero”.
Si son dólares o moneda mexicana no importa, “lo que importa es una transferencia o que tengas un familiar que te lo pueda transferir, que se lo transfiera a una cuenta de ellos y ahí mismo hacen el conteo ellos mismos”, explica.
Otros salen con sus pertenencias incompletas, Brayan menciona que unos dominicanos pagaron mil 500 “les falta dinero, uno dijo que tenía 3 mil 200 pesos y salió con mil 700”. Otro migrante, con quien Brayan comparte unas galletas, agrega que se debe a que hicieron trato con “los de adentro”, el trato al que llegaron los dominicanos pudo ser el mismo o uno parecido al que hicieron Héctor y sus primos.
A Brayan “al final no le importa eso, no le interesa eso porque lo que uno quiere es salir de ahí”. Sin embargo, admite que no considera justa la acción “porque (cuando se migra) uno va por un mejor futuro para su familia”.
NO HAY SERVICIO MÉDICO
En el transcurso de su estadía, a Héctor lo castigaron y tuvo que permanecer casi todo el día en un rincón. “Yo fui al baño a hacer mis necesidades. Había un policía parado afuera. Cuando él entró encontró una caja de cigarros y salió con la caja en la mano y preguntó quién estaba fumando”, relata Héctor.
“Había dos personas más en el baño y los sacó. A los tres ahí nos revisó y no encontró nada”. El guardia decidió castigar a los tres “porque alguno de los tres estaba fumando, nos dejó afuera del baño sentados todo el día”. Pese a que el guardia que los acusó de fumar no encontró nada al momento de revisarlos, el migrante mencionó que no estaban bajo el sol y que, incluso, les llevaron su comida, pero no les permitieron moverse de ahí. Pedro agrega que un tabaco ahí dentro te puede costar hasta 50 pesos.
Dentro de la Estación Migratoria, Héctor permaneció en una celda. A su entrada le proporcionaron una colchoneta para cubrir la cama de hierro en la que se alojaría y una manta térmica de aluminio. Debido a las condiciones en las que él y sus primos permanecieron, se enfermó; “todavía tengo gripe”.
Al cuestionarlo si solicitó atención médica, él menciona que sí quiso atenderse, pero cada que fue a enfermería, no había nadie que lo atendiera.
Durante su estancia fue visitado por Derechos Humanos, relató que ese día el trato que recibió en la estación migratoria fue diferente. “Te dejan en el mismo lugar, pero la celda siempre está cerrada. La abre cuando lo van a ver”. La comida también cambió ese día, estaba en mejores condiciones. En cambio, “cuando no iba la CNDH, daban arroz, frijoles, una tortilla que sabía horrible y la carne, a veces, la daban fría”, explicó que parecía del día anterior.
Lo mismo expresan Samantha y Pedro. A ella no la dejaron tomar sus medicamentos hasta que se presentó la CNDH “sólo porque llegaron esos señores nos sacaron a ver nuestra maleta. Dijeron ‘ya está bien, vamos a que tomes tu medicación”, expresa. “Lo que ahí adentro se vive no es tan fácil, es duro porque hay personas que ya están a punto de morir y no les sacan muy pronto”.
Los agentes de migración les recuerdan continuamente a los habitantes de la estación que no están presos, sin embargo, Héctor dice que “en realidad ahí estábamos presos. Decían: ‘ustedes no están presos’, y nosotros ‘claro que estábamos presos’”. Él se sentía preso debido a que no le permitían llamar o salir y mucho menos le informaron su fecha de salida.
Los ocho abogados consultados por EMEEQUIS coincidieron que la Estación Migratoria de Iztapalapa viola los derechos humanos de los migrantes. Confirmaron que los retenidos son montados a una camioneta en caso de no querer pagar “incentivo económico”, también los mantienen incomunicados, acosan, solicitan dinero a sus familiares e incluso buscan que contraten los servicios de un abogado con el que los agentes de migración ya tienen pacto. Para ellos, la estación de Iztapalapa funciona igual que un reclusorio.
El INM, en 2022, acumuló 2 mil 141 quejas ante la CNDH, de acuerdo con el Sistema Nacional de Alerta de Violencia a los Derechos Humanos. De ellas, el municipio de Tapachula, Chiapas, obtuvo el mayor número de quejas, con 583, y en segundo lugar quedó la Ciudad de México, con 249 quejas. En la capital mexicana 153 se relacionan directamente con la violación de derechos humanos.
En 2018, el Informe de Supervisión ISP-8/2018, provocó que la CNDH le recomendará al INM atender las “irregularidades” ocurridas en la estación migratoria ubicada en Iztapalapa y “que pueden derivar en violaciones a los derechos humanos de las personas migrantes allí alojadas”. El tema de la comida también se trató en este documento.
Entre los puntos irregulares para la CNDH, se encontró el hacinamiento de los dormitorios, la falta de alimentos y su mala calidad, la ausencia de revisión médica y la poca accesibilidad para personas con discapacidad o personas de la tercera edad. También se reportó que el 20.83% de la población dormía en el piso y que un 58.33% de las personas no fue notificada sobre el proceso para presentar una queja.
De acuerdo a los testimonios dados por Brayan y Héctor, las condiciones dentro de la Estación Migratoria, ubicada en Las Agujas, no necesariamente han mejorado.
El 21 de marzo el INM informó que se autorizaba el paso a migrantes extranjeros que ya contaran con cita confirmada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, CBP por sus siglas en inglés. Con esta nueva autorización, el INM permite el tránsito por territorio mexicano de personas extranjeras originarias de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua.
El INM, el pasado 17 de marzo, informó que aceptará la resolución de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y las personas migrantes indocumentadas sólo podrán permanecer detenidas y alojadas en las estaciones migratorias un máximo de 36 horas. Después de este plazo, deberán continuar su proceso en libertad. El mismo día, el instituto también informó que reconoce el derecho de las personas migrantes a contar con una defensa jurídica adecuada y respetar los términos y plazos establecidos.
Respecto a las denuncias hechas por los migrantes, se llamó el viernes 17 de marzo a la Estación Migratoria de Iztapalapa ubicada en la colonia Las Agujas para saber cuál era su postura, pero nadie atendió la llamada. También se envió un correo a oficinainmcdmx@inami.gob.mx que, de acuerdo con la página oficial del gobierno federal, pertenece a la Oficina de Representación del INM en la Ciudad de México, para solicitar su postura respecto a los hechos. Hasta el cierre de este reportaje no se había recibido respuesta.
Con información de EMEEQUIS