Clausura la Profepa obras irregulares en hotel Alltra

Rellenan ilegalmente para ampliar sus instalaciones, lo que agudiza el problema de la erosión.

Por Luis García 

Obras irregulares de construcción de un andador o malecón por parte del hotel Alltra fueron clausuradas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la tarde de ayer jueves, tras colocar dos sellos de clausura por parte de inspectores de esta dependencia federal.

Misma que se estaba “durmiendo en sus laureles”, pues tiene alrededor de tres semanas que fue notificada por parte de la dirección de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), de estos trabajos ilegales, pues no cuentan con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), y los trabajos avanzaron y aunque han sido detenidos, dejan su impacto ambiental con la colocación de una infraestructura de metal y madera, preparando el terreno para el vertido del material pétreo.

Como dio a conocer Quequi, encargados del centro de hospedaje hicieron caso omiso de la inspección de la Profepa que el lunes acudió, pero suavemente «recomendó» que se detuvieran los trabajos y como coloquialmente se dice, el Alltra se pasó dicha recomendación por el “arco del triunfo” y siguió avanzando con las labores.

Utilizando el mar como de su propiedad «y afectando un patrimonio que es de todos», tal como lo señaló José Gómez Burgos, secretario de la Cooperativa Pesquera “Xaman Ha”, que al paso de los años ha sido testigo de la voracidad de este hotel que aunque ha cambiado de nombre, sigue con la misma estrategia de ir ganando terreno al mar, tal como ocurrió luego del vertido de arena del año 2010.

«La parte donde se ve este embutido, lleno de piedras, ahí le ganaron como 10 metros a esa zona, donde están los arcos y lo que mira el público lo construyeron después del vertido de arena, como había bastante arena y tanto espacio que se veía libre, ellos embutieron esa parte y construyeron»; en ese momento el hotel se llamaba Porto Real.

Indicó que para el 2015, cuando ya habían concluido las obras, el impacto ya en esta zona era severo derivado de estas obras, el proceso de erosión empezó a devorar con más rapidez los arenales que son de los más afectados de la línea costera; por esas fechas se construyó el kiosco, donde fue precisamente colocado uno de los sellos de clausura por parte de la Profepa.

«Ese lo construyeron en un terreno ganado al mar, eso no estaba en tierra firme o sobre una duna estable; eso lo construyeron sobre terrenos ganados al mar y por eso se ha llevado toda esa arena, pero todo lo que han puesto para poder bloquear las corrientes y que no les afecte a ellos han lastimado las otras zonas».

Cabe mencionar, en este sentido, que los ambientalistas de la localidad brillaron por su ausencia, pese a la reincidencia de este hotel, que, baste recordar, aprovechando en octubre del año pasado, que la dirección de la Zofemat estaba acéfala por el cambio de administración, a la vista de todos destruyeron con maquinaria pesada una gran zona de duna costera, lo que constituye un delito ambiental.

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