
Misión Evangélica: «Piedras hechas pedazos!”
–Dios puede convertir hasta estas piedras en descendientes de Abraham- Mateo 3:9
¿En qué momento un alcohólico amante y esclavo rendido al vino despierta, cobra fuerza para pelear contra ese gigante que le ha quitado todo; familia, esposa, hijos, dinero, trabajo y aún hasta su dignidad? ¿Cómo puede llegar a decir “NO” a aquello que había amado tan profundamente? Todo y todos no significaban ya absolutamente nada para él.
Estamos hablando de un alcohólico, pero, también pudiera ser de un ateo, un homosexual, prostituta, drogadicto, un religioso o alguien extraviado totalmente.
Los seres humanos solemos crear ídolos a los cuales les rendimos nuestras vidas, y estos nos hacen miserables esclavos. Una persona puede estar tan lejos de Dios dentro o fuera de la iglesia. Perversos y malvados están dentro y fuera. Todo aquello a lo cual nos aferremos como se aferra un náufrago para salvar su vida y que no sea Dios, eso es idolatría. Pero, ¿Cómo quitarle su ídolo al idólatra? ¿En qué momento puede llegarle el entendimiento? ¿Cómo puede repudiar aquello que tanto ama?
Pues, él no puede hacer nada, ni quiere. Solamente un acto de la Divina providencia puede permitirle tener un rayo de luz que le haga concientizar su miserable condición y levantar su mirada para pedir ayuda. Obvio, no todos tienen esta “suerte o fortuna”. Todos aquellos que, bajo su libre decisión se encaminaron para hacer lo malo, tomando el camino equivocado y se perdieron, son dignos de sufrir las consecuencias de su extravío; sin embargo, aquellos, y que hallaron “Gracia Divina” para volver en sí, después de tener un petrificado corazón, fueron hecho pedazos por la potente voz de Dios que los llamó para volver a ser recreados. Dios es el único que pulveriza las piedras y hace lodo para formar nuevas criaturas.
¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? —afirma el Señor—. Jeremías 23:29.
Es fácil de hallar estas personas, no se creen autosuficientes, no presumen lo que son, dan gracias a Dios que tuvo misericordia de ellos y algo más, son activos en el servicio, les gusta ayudar a otros que están en recuperación, así como él fue ayudado.
¡Bendiciones amigos y hermanos del camino de la fe! Pbro. Carlos César González Cruz.