Perú vota con normalidad en sus elecciones presidenciales más polarizadas

Millones de peruanos salieron este domingo a votar con normalidad para decidir el desenlace de las elecciones presidenciales más polarizadas de su historia reciente, que se disputan el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori. Después de dos meses de una tensa y fratricida campaña electoral que ha dividido en dos al país, la población acudió masivamente a las urnas con serenidad pero con la incertidumbre ante la máxima igualdad existente entre ambos candidatos.

Últimas noticias Cada voto cuenta para las dos partes, pues los últimos sondeos apuntan a que el ganador se decidirá por un puñado de miles de sufragios, igual que ocurrió hace cinco años, cuando en 2016 Pedro Pablo Kuczynski derrotó a Keiko Fujimori por apenas 40 mil votos.

Para los peruanos estas no son unas elecciones más, pues además de elegir al gobernante que asumirá las riendas del país en el bicentenario de su independencia, estos comicios se han vuelto una suerte de plebiscito sobre su modelo económico. Keiko Fujimori, candidata a la presidencia de Perú por el Partido Fuerza Popular Por un lado, Keiko Fujimori, que busca por tercera vez la Presidencia de Perú tras haber perdido en segunda vuelta tanto en 2011 como en 2016, apuesta por continuar el neoliberalismo implantado hace 30 años por su padre, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), que ha hecho crecer al país notablemente. Por el otro lado, Castillo aboga por un reformismo que pasa por una nueva Constitución que permita la nacionalización de los recursos naturales, al considerar que el crecimiento económico no ha resuelto las brechas sociales del país y solo ha beneficiado a las clases más acomodadas, aumentando la desigualdad.

Candidatos prometen respetar resultados  Como ya es habitual, la decisiva jornada comenzó con el tradicional desayuno electoral de cada candidato junto a sus respectivas familias, transmitido por todos los medios nacionales. Castillo tomó un típico desayuno de su región de Cajamarca, en el norte de los Andes peruanos, con un caldo verde acompañado de panes y quesos locales en el patio de su casa, del humilde caserío de Chugur. Fujimori desayunó a la afueras de Lima en un asentamiento humano, una de las zonas más pobres de la capital.

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