Permisionarios enfrentan una grave crisis
Por Blanca Silva > Quequi
Con una operación de apenas el 55% frente al 85% proyectado para este periodo, los cerca de 10 mil permisionarios de transporte turístico federal se enfrentan este año a la renovación de cerca un millar de unidades en situaciones adversas, debido a las elevadas tasas de interés de los bancos y el incremento de precios de las unidades, además de su escasez por la suspensión de actividades de las plantas automotrices a causa del Covid-19.
A lo anterior se suma que el 90% de los operadores no ha podido renovar su licencia federal, porque los trámites avanzan a cuentagotas por la sana distancia y el cierre del sistema de citas que han derivado en una incesante corrupción en el Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), ubicado en Cancún.
El secretario del Movimiento de Transportistas Organizados Unidos de la Riviera (TOUR), José Bizarro Galván, indicó que la parálisis económica por la contingencia sanitaria los puso en un conflicto para renovar las unidades, ya que los créditos son muy drásticos al tener tasas de interés de entre 16 y 17% cuando en años anteriores oscilaban entre 9.9 y 12%.
Además, indicó que los precios se incrementaron también de manera considerable, por lo que las unidades básicas más económicas se dispararon de 400 mil a medio millón de pesos, mientras que las camionetas de lujo alcanzan hasta 1.5 millones de pesos al igual que las camionetas Sprinter.
Precisó que el padrón de TOUR es de cerca de mil 800 unidades de turismo de empresarios, de las cuales se tiene que renovar entre el 5 y 6%, equivalente a casi un centenar, pues la mayoría no espera a que cumplan los 10 años de uso que marca la ley, sino que tratan de sustituirlas desde que cumplen cinco o seis años, porque las agencias exigen vehículos recientes y modernos, por lo que son comercializadas entre taxistas o gente que brinda algún servicio de transporte.
Sin embargo, a nivel estatal la cifra alcanzaría cerca de mil unidades de las nueve mil 500 propiedad de permisionarios que cuentan con placas para servicio de transporte turístico federal, quienes esperaban una prórroga que no se dio por cuestiones de seguridad, ya que la SCT realiza controles de las condiciones físico-mecánicas cada año.