Cuando ganando pierdes y perdiendo ganas

COLUMNA EVANGÉLICA

Esta es mi casa, las reglas las pongo yo y yo digo lo que se va hacer y cómo se va hacer. Quien no esté de acuerdo, la puerta está bastante ancha, puede irse.

Fueron las palabras de un padre a sus tres hijos. Uno de ellos se puso a llorar, otro muy enojado, entró a su cuarto y azotó la puerta; el mas chico a sus quince años, hizo sus maletas, y alegremente se despidió de su madre y del padre.

Días después, el padre y la madre, fueron a pedir un consejo; estaban desechos al no saber nada del hijo que partió.

_ ¡No ha sido fácil mi vida con ellos, no me obedecen, no acatan mis órdenes, quebrantan mis reglas! ¡Ya estoy cansado de esto! _ Se quejó el padre.

_ Ser padre no es fácil, a los hijos se les educa de niños, su constitución psíquica queda formada a los 8 años, después de esos años, ya no es bueno pegarles, hace uno que guarden odio y rencor, y a medida que crecen, los golpes son una provocación, corre uno el riesgo de que le falten el respeto.

Amigo, es cierto que es su casa, pero también es la casa de ellos, ellos no llegaron solos, no pidieron venir, usted los trajo. Usted es el ejemplo de ellos, forjará el carácter en ellos con paciencia. Sus reglas son también para usted, todo lo que exija para ellos, debe exigirlo para usted mismo. Pregúntese usted por qué no se fueron los otros dos, o cuándo se irán si usted sigue siendo duro con ellos. Pregúntese usted por qué no se ha comunicado el pequeño que se fue; pregúntese usted si ganó o perdió con lo que usted hizo. Le aseguro que el muchacho pronto se comunicará con su mamá, quizás regrese y si lo hace, pídale perdón, abrácelo, amelo, escúchelo y juntos elaboren las reglas que deben observar como familia, y cuales los castigos si alguien las quebranta. _ dijo el psicólogo.

La mamá lloraba en silencio, el padre apenado, agradeció y salieron ambos de la entrevista.

Efectivamente, el hijo se comunicó con su madre, pidió regresar a casa y el padre hablo con todos pidiéndoles perdón y juntos elaboraron su proyecto familiar.

Muchas veces podemos ganar una discusión, un debate o una pelea, pero tristemente podemos perder al amigo al hijo, a la pareja o nuestra reputación.

“El mal olor de una mosca muerta echa a perder el mejor perfume. La tontería más pequeña afecta el prestigio de quien es sabio y honorable.” Eclesiastés 10:1

Dios bendiga a Trump y a Biden… ambos se proclaman ganadores, ambos pueden perder. ¡Bendiciones amigos y hermanos del camino!

Pbro. Carlos César González Cruz

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