El Vaticano publicó un manual para tratar los casos de abusos a menores en la Iglesia

Agencia

El Vaticano publicó este jueves un vademécum para aclarar a sus clérigos en todo el mundo qué hacer en caso de tener constancia de abusos sexuales a menores, una medida con la que se quiere ayudar a tratar y atajar estos escándalos.

El documento se esperaba desde que terminó la cumbre sobre los abusos, a la que el papa Francisco convocó en febrero del 2019 a las conferencias episcopales de todo el mundo.

Se trata de una lista de pautas de carácter técnico que indican los procedimientos que deben seguirse en caso de recibir o conocer una denuncia de abusos sexuales a menores, para lo que se repasa la legislación ya vigente en la actualidad en la Santa Sede.

El objetivo es avanzar en el tratamiento de los abusos sexuales a menores y terminar con esta “herida profunda y dolorosa que debe ser curada”, se lee en la introducción del documento.

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis F. Ladaria Ferrer, explicó que la intención es ayudar a los miembros del clero en todo el mundo en “la delicada tarea” de gestionar estos casos, que a veces afrontan con incertidumbre sobre la praxis.

El texto no es normativo, no cambia la legislación sobre el tema, sino que ha sido pensado para ayudar a los entes eclesiásticos a “comprender y a cumplir de la mejor forma las exigencias de la justicia” sobre esos delitos.En esta foto del 25 de abril de 2018, Gonzalo Dezerega ingresa a la Iglesia Católica La Merced en Santiago, Chile. Dezerega, de 55 años, dice que Abel Pérez, un hermano marista, lo violó en los vestuarios y duchas del Instituto Alonso de Ercilla. Tenía 10 años. (AP Photo / Esteban Felix)En esta foto del 25 de abril de 2018, Gonzalo Dezerega ingresa a la Iglesia Católica La Merced en Santiago, Chile. Dezerega, de 55 años, dice que Abel Pérez, un hermano marista, lo violó en los vestuarios y duchas del Instituto Alonso de Ercilla. Tenía 10 años. (AP Photo / Esteban Felix)

El secretario de la Congregación, Giacomo Morandi, dijo que el documento “no promulga ninguna nueva norma” pero que la verdadera novedad es que “por primera vez el procedimiento se describe de forma organizada”, desde la denuncia de un caso hasta el juicio.

El manual está sujeto a futuras actualizaciones en función de eventuales cambios legislativos en el Vaticano o a las peticiones que se puedan recibir por parte de los clérigos.

Monseñor Morandi lamentó que el fenómeno de los abusos “está presente en todos los continentes”, como han demostrado los casos de Chile, Estados Unidos, Australia, por ejemplo, y la Santa Sede aún recibe “denuncias de hechos antiguos” y recientes.

Por eso defendió este esfuerzo de claridad en su tratamiento, aunque cree que no será suficiente “sin una formación adecuada, un discernimiento cuidadoso, una prevención serena, pero decidida”.

El vademécum empieza definiendo el delito: “Todo pecado externo contra el sexto mandamiento (no cometerás actos impuros) del decálogo cometido por un clérigo con un menor”, entendido como toda persona menor de los dieciocho años de edad.

Sin embargo se subraya que su tipología es “muy amplia” y abarca numerosos supuestos: desde relaciones sexuales “consentidas o no consentidas” al contacto físico con intención sexual, masturbación, producción de pornografía o inducción a la prostitución.

Además recuerda que el documento papal “Sacramentorum sanctitatis tutela” (2010) ya introdujo tres nuevos delitos contra menores por “adquirir, retener y divulgar imágenes pornográficas por parte de un clérigo con un fin libidinoso”.

En sus quince páginas se estipula detalladamente qué hacer cuando un clérigo recibe información sobre un caso de abuso, cómo valorar su verosimilitud, cuándo y cómo abrir una investigación previa sobre los hechos y el modo de cooperar con las autoridades civiles.

El presidente de la Red de Víctimas de Italia, Francesco Zanardi, explicó a EFE que este instrumento “puede ser útil” de puertas para adentro, pero no ataja algunos de los problemas de fondo.

Por ejemplo señaló que la descripción de delito basada en el sexto mandamiento sitúa a Dios como principal víctima y defendió que estos casos sean gestionados prioritariamente por las autoridades judiciales del país donde se producen.

Independientemente de que el Vaticano emprenda un juicio penal o canónico contra el acusado.

(Con información de EFE)

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