¿Sake mexicano? Sí, así como leíste, descubrimos un sake que nos encantó, el cual es producido en Culiacán, Sinaloa
Por: Jesús Ricalde
Quequi
Uno de los must para los fines de semana sin duda es el combo sushi + sake, pero qué pasaría si te dijera que no necesariamente se tiene que acompañar con comida japonesa. Esta idea se la debemos al primer sake hecho en México, el cual es producido en Culiacán, Sinaloa.
Nami que significa “ola” en japonés y es el nombre de este sake que respeta la tradición japonesa con corazón mexicano, el cual es realizado por gente de nuestro país, dándole unos toques de pasión, alegría y frescura a la bebida.
Según diferentes creencias, las personas que entran al cuarto donde descansa el arroz para la preparación de la bebida, deben asegurarse de estar en paz, de buen humor y con buenos pensamientos. De lo contrario, el arroz podría absorber la mala energía y modificar el sabor del sake. Y tal vez, esa sea el porqué de la delicia de este sake: la energía mexicana.
Y es que la idea de esta bebida es que también la podamos disfrutar con cualquier comida, ya que es considerado mejor que el vino, ya que sus notas son menos astringentes y ácidas que las del vino y por eso resaltan más los sabores de los alimentos. Su consistencia y gusto permiten ir más allá y te darán la libertad de disfrutarse incluso solo, tal como un aperitivo.
Este ambicioso proyecto no hubiera podido hacerse realidad sin la participación de Manutama Nakashima, responsable de la expansión de una importante sakeria familiar con más de 300 años en Japón y fue el primero en creer en el sueño de crear un sake mexicano. Con él, empresarios mexicanos pudieron hacer la selección y compra de maquinaria. Otro pilar importante fue Yamada San, un Toji, como se le conoce a los maestros sakeros, quien fue el encargado de dar la personalidad a la marca.