Pediatra maltrata a paciente
*Sin ética moral y profesional, Sergio Gustavo Meniovich Sánchez, atenta contra la salud de un niño
Carente de ética moral y profesional, el médico pediatra Sergio Gustavo Meniovich Sánchez, quien da consultas en Playa del Carmen, atentó contra la salud de un menor y violó los principios del juramento hipocrático, al actuar de una manera déspota e insensible con el pequeño paciente y sus padres que lo llevaron al consultorio para recibir atención médica, ya que sufría de una lesión viral en su boca.
El pasado martes 4 de febrero, el niño, de apenas un año y diez meses de edad, hijo de una respetable familia en Playa del Carmen, fue llevado de emergencia con el mencionado pediatra, por recomendación de otro galeno, ya que debido a su lesión se encontraba muy irritable y no quería comer, ocasionándole pérdida de peso.
La familia afectada comenta que desde un principío de la consulta notaron al pediatra un poco nervioso y actuaba raro, actitud que fue empeorando en el transcurso de la consulta, cuando Sergio Meniovich examinó al niño de una manera impropia, al sujetarlo fuerte por el cráneo y profundizando demasiado la paleta de examinación, lo que le causó al menor una lesión en su lengua.
No conforme, obligó a la mamá -con quien se portó muy grosero y agresivo- a sujetarle las manitas al pequeño, para que él pudiera revisarlo; después de lesionarlo, lejos de pedir una disculpa, se exaltó demasiado e insultó a la señora, a quien criticó y cuestionó la forma de educar a su hijo, al tiempo que acusó al doctor de la familia de irresponsable por no administrarle medicamentos prescritos.
Asimismo notaron que el Consultorio Pediátrico Gutierrez y Meniovich, se encontraba sucio y desordenado, es decir, no reflejaba un espacio digno para dar consulta pediátrica, situación que les provocó desconfianza, pero por la urgencia decidieron quedarse.
El diagnóstico de Sergio Meniovich, fue que el niño tenía una infección en la garganta, por lo que necesitaba antibióticos; la familia consultó en ese momento a su doctor de cabecera, quien solicitó que primero le hicieran una prueba para confirmar la enfermedad, a lo que el pediatra se rehusó porque aseguraba no tener el equipo adecuado, sin embargo minutos más tarde ordenó a su asistente que haciera el examen para detectar el virus. Es decir mintió y mostró impaciencia y poco profesionalismo para revisar al paciente, además de correr a la familia del consultorio, no sin antes cobrar sus costosos honorarios.