
Carrillo Puerto, una guarida para los narcos
FELIPE CARRILLO PUERTO
Por Sergio López Lara > Quequi
La Federación ha tomado en cuenta los últimos acontecimientos relacionados con los crímenes y fechorías de la delincuencia organizada en Felipe Carrillo Puerto, por lo que ha instalado en las salidas y entradas del poblado varios retenes para intentar frenar el desorden en que mantiene al municipio el presidente José Esquivel Vargas, alias “Chak Meex”.
Y es que se acumulan aquí todos los factores para una tormenta perfecta que meta en problemas a los gobiernos estatal y federal; por un lado los narcos que han amenazado de muerte al edil por haber hecho pacto con ellos y después haber vendido la plaza a otros delincuentes, pasando por el nepotismo y corrupción gubernamental y teniendo como dirigente a un personaje que ha abandonado a su familia para recuperar su perdida juventud en los brazos de jóvenes mujeres.
La tranquilidad de la Zona Maya se ha quedado en el olvido desde que llegó este personaje a la Presidencia.
Nunca antes se había anunciado por los narcos un toque de queda a las ocho de la noche, ni se habían infiltrado tanto en un gobierno para coparlo desde adentro para dedicarse a la venta de drogas, extorsión, secuestro y derecho de piso.
Incluso, hace algunos meses mataron a un periodista que quiso esconderse en un lugar que, por su comunicación terrestre y por su ubicación geográfica en el centro de la entidad, es una madriguera del narcotráfico.
No sorprenden que otro de los mencionados en la narcomanta, el «Yuri», de apellido May, sea subdirector de Obras Públicas del Ayuntamiento, quien también es acusado de entrarle al narcomenudeo y haber negociado con los delincuentes para brindarles protección.
Por eso se le menciona también en el narcomensaje atado a la espalda de uno de los ejecutados el fin de semana pasado. «Crees que no sabemos que trabajas para el Gobierno, a ver si tus amigos políticos te hacen el paro”, bienvenido a la Tierra Caliente», decía el «aviso».
En esto también se involucra a Rodolfo Bautista Cáliz, mejor conocido como «El Cerrajero», director del Catastro Municipal, quien además de controlar zonas del narcomenudeo y autos robados, se ostenta con prepotencia como hermano del líder de la banda de «Los Nikes”, a la que pertenecían los ejecutados del pasado viernes.
Por cierto, uno de los que estuvo al tanto de los detalles del horrendo crimen que nunca se había presentado en esta otrora tranquila Zona Maya, fue el secretario privado del presidente José Esquivel Vargas, Gilberto Tzab Varela, quien reportó en tiempo real, tomando fotos de documentos y de participantes de la Fiscalía General del Estado.
En la mira de la FGR
El pasado 12 de marzo, se dio a conocer que Dalton Gómez Lechuga, “asesor” del presidente municipal de Felipe Carrillo Puerto, José Esquivel Vargas, “Chak Meex”, estaba siendo investigado por la Fiscalía General de la República (FGR), por la presunta relación que mantiene con grupos del narcotráfico y delincuencia organizada que le han permitido darse ciertos lujos, como viajar al extranjero y rentar helicópteros para realizar recorridos en uno de los municipios más pobres y marginados de Quintana Roo.
Se pudo averiguar que de acuerdo con la Carpeta de Investigación 145/ 2019, donde se indaga a este funcionario del municipio de Felipe Carrillo Puerto, también se encuentran otros servidores públicos y donde también se incluye al mismo presidente José Esquivel Vargas, por estar relacionado con diversas irregularidades durante los pocos ocho meses que tenía como edil de la cuna de la cultura maya en Quintana Roo.
Enfermo de poder
José Esquivel Vargas (a) «Chak Meex», se ganó el repudio de los carrilloportenses, luego que por su presunta sexoadicción ha provocado que le apoden el “Alux del Viagra”, porque parece insaciable en la búsqueda de placeres, a pesar de que no se ha divorciado y quiere despojar de todo a su esposa Silvia Esquivel y a sus tres hijos.
A pesar de haberlo acompañado y apoyado en toda su carrera política hasta llegar a la Presidencia Municipal, el día de su toma de protesta como edil, José Esquivel corrió a su esposa Silvia, exigiéndole que no pusiera un pie ni en el Ayuntamiento ni en las oficinas del DIF, y bajo amenazas y violencia psicológica le interpuso una demanda de divorcio en la que estipula que no tendrá derecho a ninguna propiedad, y bajo argumentos legales busca que no se le impongan días ni horarios para ver a sus hijos.
Además, comete adulterio a la vista de todos, al andar con Karen Analí Alcocer Núñez, alias “La Chola”, de 29 años de edad, con quien procreó un hijo aun estando con su esposa, Silvia Esquivel con quien vivió 20 años.
Los excesos y abusos de poder cometidos por el presidente municipal de FCP, quien ha beneficiado a familiares, amigos y amantes con jugosos salarios en la nómina de este Ayuntamiento, además de patrocinar empresas fantasmas para el lavado de dinero, ha llegado al extremo de retirarle el apoyo a los mayas. Y sus obras de relumbrón son puros fraudes, como la remodelación de la cancha en la que gastó millones de pesos, solamente para pintar las rayas con cal.
Y para colmo hace gala de traición política, al dar patadas bajo a la mesa al candidato de su partido.
Con todo este panorama, no es de extrañar que la Policía Federal, el Ejército y la Marina hayan puesto un cerco a este lugar, con la intención de frenar todo el desorden y regresar la tranquilidad a este municipio maya que ahora se ha convertido en trampolín del narco.